sábado, 22 de junio de 2013

Llega el verano y las Administraciones se apuntan a la Operación Bikini


La Vicepresidenta del Bobierno, Soraya para los amigos, y el Ministro de Hacienda somos casi todos, Cristóbal Montoro, han presentado al mundo a su nueva criatura: La Reforma de las Administraciones Públicas, ante una nube de periodistas que, como en el caso de las celebritys, han llenado las portadas de los medios con imágenes de la feliz pareja con el fruto de su amor.

Al parecer, si creemos a pies juntillas las estupefacientes cifras presentadas ayer (y en esto de creer somos unos hachas), la mentada Reforma somete al Estado a una operación bikini –son las fechas- que lo hará adelgazar 4 puntos del PIB ¡Ahí es nada! Vamos a pasar de la Piel de Toro a la Cintura de Avispa.

De momento, nos cuentan, hay 375.000 trabajadores públicos menos que hace 2 años y subiendo.  Lo anuncian henchidos de orgullo sin precisar que, la parte del león de esa monstruosa cantidad, corresponde a profesorado, personal sanitario y profesionales de servicios sociales; las tres patas sobre las que se apoya el Estado del Bienestar que, día a día, va transmutando en Estado del Sobrevivir.  Hay una parcela común, la Reposición 0 de las bajas por jubilaciones que afecta a todas las administraciones por igual y que, en algunos casos, ha supuesto la práctica inviabilidad de servicios sobre los que no ha quedado más remedio que parchear al estilo carpetovetónico con resultados lamentables.

Miedo me da la temida Reforma de la Administración Local (la administración más numerosa y más cercana al ciudadano y, como consecuencia, la más sensible a las podas) que, sospecho, llevará aparejada una puesta boca abajo de la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local (la célebre Ley de Bases).  Se me ocurre, así, a título de sugerencia, que empiecen por la eliminación de la maraña de consejeros, asesores, asesores de los consejeros, asesores de los asesores, … que han colonizado los miles de consistorios patrios cual organismo parásito que no aporta nada y se alimenta (con un hambre voraz de 40.000 € al año de media por cabeza) de los nutrientes del ente que los soporta.  Solo con esa medida, probablemente, fueran innecesarias otras más dolorosas para el servicio que se presta al sufrido ciudadano.

Igual que se empezó con la excusa del ahorro, para desembocar ladinamente en las privatizaciones sanitarias o educativas, una duda asalta mi escaso entendimiento ¿No estaremos en la antesala de una profiláctica centralización de servicios y competencias, ahora en manos de las Comunidades Autónomas, que ahogándolas vía Presupuestos Generales del Estado, persiga liquidar determinadas pulsiones independentistas en defensa propia?


¿Aún no han aprendido que, prohibir o dificultar ideas, es la mejor manera de asegurar sus simpatías y proliferación?  La naturaleza seguirá su curso y, lo que tenga que suceder, sucederá…

3 comentarios:

Javier Marcos Angulo dijo...

Fermín, como siempre dando en la diana.

Anónimo dijo...

Ya el título lo dice todo. Muy buen artículo. Un saludo

Catalina dijo...

A este paso vamos a terminar anoréxicos....