Quieras o no quieras, son fechas de inevitables contactos
entre seres más o menos humanos. Veamos cómo sobrevivir con los menores daños
posibles:
1.- Al llegar a casa de tus anfitriones, te mostrarás
extasiado por la decoración navideña y el buen gusto al colocarla aunque te
sangren los ojos con lo chabacano de los adornos, la infernal mezcla de colores
en un árbol que pide ser talado por misericordia y ese Belén que parece un
puticlub de pueblo.
2.- La carne no está dura, está al dente; la ensalada de
nísperos en escabeche es muy original; no es que no pruebes bocado por
repugnancia, es que ya no te cabe más y, en general, la cena no está salada
como si dieras lametazos a las salinas de Torrevieja, está sabrosa; los ojos
solo te lloran de emoción.
3.- El vino del súper se deja trasegar a partir de la cuarta
copa, parecerá un Vega Sicilia a partir de la octava, pero tu cuñado (no
importa cuál) no dejará de parecerte gilipollas hasta la decimosexta.
4.- Hagas lo que hagas, la sensación de ser el único que se
curra los regalos del Amigo Invisible se incrementa año tras año. Ya puedes
regalar un moñigo envuelto en papel celofán, que a ti te caerá otro igual,
liado en papel de periódico atrasado.
5.- Tu suegro tiene carta blanca para sentarse a la mesa
cuando le dé la puta gana, como le salga de las pelotas, borracho hasta las
cejas y no deje de tocarle las gónadas a todo el mundo pero, como se te ocurra
soltar una inconveniencia, te caerán encima las siete plagas de Egipto.
6.- Lo sabes de sobra porque jugabais a los mismos números,
a tu cuñada no le han tocado ni las diez del monte, pero da igual; alabarás su
suerte legendaria cuando os confiese discretamente que, juntando todo, ha
salido ganando 550 euros en la lotería, que guardará para irse las vacaciones a
un crucero (y además sabes que se larga al pueblo de su madre a pegar gañote
todo el verano).
7.- Dos valium y un lingotazo antes de salir, hacen
maravillas para soportar toda la cena escuchando argumentos de ultraderecha el
sobrao de tu cuñado fontanero, que es autónomo de los que paga el mínimo, pero
exige prestaciones suecas, va de experto empresario del IBEX y solo repite las
mierdas que oye en Intereconomía y tu hermana te pide dinero cada dos por tres
porque se deja la pasta en el casino.
8.- Si tú no tienes hijos porque no soportas a ningún ser
humano que mida menos de metro cuarenta (y al resto según y cómo), por qué
tienes que aguantar a una caterva de enanos chillones que se suben por encima
de cualquier cosa, inerte o animada, que esté a su alcance; sueltan
incontrolables risotadas con la boca llena que te ponen perdido de perdigones y
se ponen a llorar a 125 decibelios sin mediar provocación. Herodes, ese héroe
injustamente tratado por la Historia.
9.- Además de la política, el fútbol es otro asunto espinoso
que mejor no tocar. Entre tanta gente hay aficionados de distintos equipos que
son enemigos irreconciliables. Aunque, ahora que lo pienso, a mí me la suda el
fútbol pero, no viene mal de vez en cuando, soltar un “menudo penalty que le
hicieron a fulanito” entre dos forofos de los equipos contendientes; dar un par
de discretos pasos atrás, y contemplar como de sacan las vísceras con la pala
de pescado.
10.- Tu suegra es una mujer con carácter pero es buena gente
y se ha pasado una semana dejando la casa como los chorros del oro para lucirla
con sus invitados. Conviene ayudarla… ayudarla a montar en cólera cuando; el
gato de su nieta mayor (que, por inexplicables motivos, no puede quedarse un
rato solo en su casa) que se ha subido por todos los muebles dejándolo todo
lleno de pelos blancos; ha tirado el jarrón que contenía las cenizas de la
abuela, esparciéndolas generosamente por el salón.
Espero que estos breves consejitos se resulten de utilidad,
en cualquier caso, una última recomendación: Ser feliz en estas fechas no es
obligatorio, pero ayuda. Diviértete…
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