Hoy lunes no se habla de otra cosa, será porque es lunes y
los lunes vienen acompañados de mal rollo o será porque la noticia, en sí
misma, es un pozo inagotable de tufo vomitivo pero es solo eso: algo de lo que
hablar un lunes o un tufo desagradable que se disipará en el aire.
Porque la escenificación de VOX ayer en el Palacio de Vista
Alegre fue una cuidada puesta en escena en un recinto muy agradecido, con
figurantes voluntariosos y de pago llegados en autobuses ad hoc, como el de la imagen, de todos los rincones de su ¡¡España!!
y donde se invirtió dinero, mucho dinero para transporte, comida, una bandera
de tamaño generoso por asiento y un soporte tecnológico importante; pero detrás de ese teatro no hay nada, nada más que un espacio vacío poblado de
ratas hambrientas con olor a naftalina. Lograron, eso sí, lo que buscaban, un
tiempo impagable en los informativos de ayer y un espacio generoso en las
portadas de hoy; ni comprando espacios publicitarios en prime time por el doble
de dinero, habrían logrado la penetración mediática del acto de ayer. Pero esto
no lo inventaron ellos, ya lo hizo antes el Frente Nacional.
Es evidente que la muchachada de Abascal, que reúne lo mejor
de cada casa y de cada caso, bebe incesantemente de las tácticas y estrategias
de la formación ultraderechista francesa, sus procesos, sus mensajes, sus tics
y su odio universal pero ¿y los demás?
Hace no mucho tiempo, los medios franceses entonaron un
sentido mea culpa porque se dieron cuenta de que habían calculado mal la
estrategia del tratamiento que debían dar a Le Pen y su partido y, así, fueron
aplicando en cada momento la peor de las respuestas posibles: Primero se
alarmaron a cinco columnas, con lo que pusieron el foco de atención sobre
ellos; luego, para corregirlo, desmenuzaron sus mensajes e intentaron
rebatirlos desde la óptica racional, con lo que les hicieron de altavoz; después
se rieron de ellos, con lo que cabrearon a los que habían comprado sus propuestas
y que reaccionaron difundiéndolas con pasión y, por último y demasiado tarde,
trataron de ignorarles pero el daño ya estaba hecho.
Porque las imágenes, no hay duda, son espectaculares, un muy
calculado tiro de cámara daba un plano plagado de gente que ondea banderas. Me
gustaría ver alguna con el plano más abierto porque sospecho que descubriríamos
el vacío y porque, casualmente, en el llamamiento que hicieron para toda España,
hablaban de llenar Vista Alegre con 10.000 banderas (que estaban ya desde por
la mañana) y ese fue exactamente el número de asistentes ¿capacidad
adivinatoria o lleno artificial? De hecho, he visto asambleas de Testigos de Jehová
con más asistentes y no han abierto telediarios ni copado las portadas.
Lo que debería preocuparnos, sin embargo, es el previsible
giro a la derecha (más aún) de un PP y Ciudadanos que pugnan por el mismo
perfil de votante y, al paso que van, dejarán a VOX como un partido de centro
moderado. Por tanto, no les quitemos el ojo pero no les demos la satisfacción
de amplificarles. Aprendamos, por una vez, de lo que han hecho fuera y no
cometamos sus mismos errores; nosotros sí estamos a tiempo (y, sí, a mí también
me cabrearon, pero…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario