lunes, 30 de mayo de 2016

Pasos


El paisaje se repite cíclicamente, va desplazándose hacia la derecha según mis pasos trazan una trayectoria circular hacia la izquierda hasta llegar al punto de partida. Así una y otra vez, desgastando el pavimento rocoso, paso a paso, en una gradual pero implacable erosión sin escape posible.

Los aditamentos de cuero, fijados a ambos lados de los ojos, cierran el plano y lo reducen a una franja estrecha por la que discurren edificios y personas, carteles y colores, palabras y silencios como un mosaico secuencial e incompleto. Una grieta por la que se escapa la vida paso a paso.

El runrún cadencioso de fondo se rompe y recompone con asombrosa precisión; gritos, mensajes, músicas y nada; gritos, mensajes, músicas y nada, … un bucle infinito que adormece el cerebro y disuade cualquier tentación de pensar en otra cosa que no sea el paso siguiente, soy otro autómata más.

Una presencia rompe la rutina en otra rutina de círculo más amplio, es el amo que trae el sustento vital; cuelga del ronzal un cubo lleno descuidadamente de paja para que pueda masticar, tragar y rumiar sin oportunidad de perder el paso. La noria debe seguir girando, hace falta mucha agua.

Agua para destilar licores, agua para flotar yates, agua para solazarse en el spa, agua para regar campos de golf. Agua para ahogar desheredados, agua para anegar esperanzas, agua para oxidar resistencias, agua para apagar revoluciones.  Solo agua, tanta agua…



No hay comentarios: