miércoles, 31 de octubre de 2018

¿Quieres pasar miedo de verdad?



En estas fechas es tradición rendir culto a los difuntos, recrearnos en leyendas esotéricas que ponen los pelos de punta, jugar con el concepto del miedo y sus causas, buscar sensaciones terroríficas o disfrazarnos de personajes que provocan temor por desconocidos o mala fama, como brujas, monstruos, locos y demás. Todo está muy manoseado y envuelto en ese celofán comercial que lo infantiliza. ¿Quieres pasar miedo de verdad? Párate a pensar un rato en estos nueve elementos cotidianos que nos rodean por todas partes:

La Iglesia Católica es la institución mundial que más ha hecho en la historia en pos de la paz, el amor al prójimo y hacer el bien. Diríamos, para ser más precisos, la paz de los cementerios y el amor a los hijos del prójimo y hacerse con los bienes de los demás.

Confiamos en la justicia. Pero estamos comprobando, un día y otro y otro, que la justicia no es tan ciega como dicen, está tuerta del ojo derecho y por ese lado no ve nada. Ni ganas.

La Policía investiga. El que la hace, la paga. Basta un indicio de la comisión de un delito para que la policía se ponga a investigar, implacable, sin importar quién sea quien está detrás. Lástima que luego lleguen los que la dirigen y la ninguneen, manipulen o perviertan su trabajo.

La banca es necesaria para que funcione el sistema. Recoge los bienes de todos, los guarda con celo y, a cambio, nos da seguridad y una pequeña compensación. Mirándolo en la práctica, se queda con nuestro dinero y nos cobra por hacer negocios con él; si consigue beneficios, van a su cuenta de resultados y si son pérdidas, las pagaremos nosotros.

Los políticos son personas y, como tales, tienen sus virtudes y sus defectos, sus defectos, sus defectos, sus defectos o sus defectos. Lo malo es cuando se les olvida, se vienen arriba y se ponen a presumir de ejemplares. Lo peor, cuando nos creemos que tienen razón.

El periodismo es una profesión noble, el contrapunto necesario para evitar que cometan abusos los que ostentan el poder, poniendo sus desmanes en conocimiento del pueblo. Lástima que (casi)todos trabajen en medios de comunicación que tienen sus consejos de administración, sus inversores y persigan el máximo beneficio.

El ejército lo forman un grupo de hombres y mujeres dispuestos a sacrificar su vida por defender su patria y los ciudadanos que la forman. Están armados hasta los dientes, disponen de los últimos avances tecnológicos y, a menudo, están mandados por personajes siniestros que deciden quien vive o muere por sus propios intereses.

Te preocupa tu salud e intentas comer del modo más sano posible: buscas alimentos naturales, huyes de los ultraprocesados y los cocinas buscando respetar sus nutrientes. Pero los pesticidas están en cada elemento de la cadena trófica, desde los vegetales hasta los animales que los ingieren y no es posible encontrar ningún elemento sin ellos y, como son relativamente recientes, se desconocen sus efectos en el organismo a medio y largo plazo.

Toda la tecnología que nos hace la vida más fácil está encaminada a tenernos controlados y vigilados todos los días a todas horas ¿por qué, si no, nuestros amigos inseparables, los teléfonos móviles graban y transmiten nuestras conversaciones cotidianas (no solo las telefónicas), los lugares que visitamos y con quién.

La Tierra era ese paraíso natural donde convivíamos con el resto de especies animales y vegetales, respetando sus estructura y recursos. Ya no. Ahora es un sucio horno en progresivo calentamiento que responde como un ser vivo defendiéndose de nosotros hasta que uno de los dos perezca.

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