Esto de las modas no me termina de convencer. Paso porque, a
cada poco, lo que tengas en el armario haga que te miren raro y tengas que
cambiarlo. Tampoco pasa nada, si le coges el rollo, guardas lo atrasado y
dentro de pocos años volverá a estar de rabiosa actualidad. Hay, sin embargo,
una moda que se les ha ido completamente de las manos, la del regreso de lo
“retro” o “vintage”. No calcularon las consecuencias y así nos va.
Había conceptos que creíamos desterrados de la vida pública
de lo que llaman el “Primer Mundo”, aunque continuasen vigentes en lo profundo
de la sociedad: como el Racismo, la Xenofobia, el Machismo institucional o el
Ultranacionalismo. Con la toma de
posesión de Donald Trump de la presidencia de los Estados Unidos de América,
emerge el lado tenebroso del comportamiento humano (entendiendo humano como especie, no como cualidad),
de las cloacas inconfesables a las que había sido desterrado y el hedor que nos
invadirá ya se aproxima imparable por la atmósfera.
No solo hablamos de esas cuatro patas sobre las que se
asienta cualquier totalitarismo, es que, en la alarmante regresión a los años
30 del siglo pasado, nos faltaba el perejil de todas las salsas sangrientas que
en la historia han sido: El religioso, ya sugerido con las aún tímidas llamadas
a Cruzada para acabar con el ISIS.
Así, el autodenominado líder del mundo libre, verá pronto
desterrados de su sistema educativo conceptos tan indiscutibles como la Evolución de las Especies, que será
enterrada por variaciones creacionistas de lo más estúpido; la
responsabilización de algunas enfermedades a un Castigo Divino, dejando de lado su explicación científica; la
puesta en cuestión de algo que ha salvado millones de vidas desde su
implantación generalizada, como son las Vacunas; o esa lacra que parecía
empezar a disiparse de tienes tan buena
salud como tú puedas pagar en pro del boyante sistema de salud privado.
Recuperaremos ese sin vivir de la Guerra Fría y la amenaza
de destrucción nuclear, trasladando el enemigo de la antigua URSS a la actual
China, con el agravante de que el país asiático ha aprendido de los errores
cometidos por Moscú y tiene dolorosamente agarrados
por la deuda a los países occidentales. A ese problemilla oriental le añadiremos
el órdago económico lanzado por Trump con la amenaza de aranceles brutales que,
a poco que el resto de países proveedores reaccione, sumirá a EE.UU. en un
aislamiento económico de consecuencias impredecibles y, sumándolo todo a la
costumbre de estadounidense de crear enemigos para sus enemigos que luego
crecen y se les revuelven, nos dará un escenario bélico agravado en la ribera
sureste del Mediterráneo también de resultado incierto.
Resumiendo: Ha aparecido el peor de los personajes en el
peor de los momentos. A ver lo que tarda en producirse la alarma de una
inminente colisión con un asteroide, para tenernos a todos entretenidos y,
mientras miramos al cielo, no veremos los ríos de sangre que correrán por el
suelo. ¿Os suena de algo lo de la amenaza que viene del espacio?
Lo dicho, esto de las modas se les ha ido de las manos…
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