La apuñaló en varias ocasiones poco antes de las campanadas,
ella aguantó como pudo hasta la madrugada del día 1. ¿Es un asesinato que
alimentará las cifras del horror de 2016 o comenzará la abominable relación de
2017? ¡Qué más da!
En esta ocasión fue un cobarde subhumano de 20 años, con
orden de alejamiento, quien se ensañó con una mujer de 40 y la hirió gravemente
una y otra vez, aunque él podía tener 40 y ella 20, como ya ha sucedido alguna
vez. ¡Qué más da!
En el despacho de agencia se especifica la nacionalidad de
asesino y asesinada, como si el lugar donde haya nacido cada cual agravase el
crimen o, por el contrario, actuase de atenuante; como esparciendo sospechas a
ciegas. ¡Qué más da!
Qué más da que la absurda estadística haga su apunte un día
u otro, un mes u otro, un año u otro ¿va a cambiar algo? ¿le va a devolver la
vida? De qué sirve dar detalles innecesarios sobre el crimen ¿para dar ideas a
un cerebro cavernario impregnado de maldad y desprecio por cualquier individuo que
no se él mismo?
Qué más da si quien empuñó el arma es un postadolescente o
un anciano, ¿resta gravedad a su vileza? De qué sirve señalar la edad de ella
en comparación inconsciente con la de él ¿en otra proporción hubiera funcionado
de otra manera? Él rompió la orden de alejamiento sabedor de merecer un castigo
mucho mayor.
Qué más da que él fuera de Albania, Mongolia o Zanzíbar o
ella de Canadá, Honduras o Rusia ¿Es él menos asesino? ¿Está ella menos muerta?
¿Queremos estigmatizar a quien ha nacido en un sitio u otro por la brutalidad
de un indeseable entre sus paisanos? En algo tan sucio como el terrorismo
machista, al menos en esto, juguemos limpio.
Sólo deseo que se le aplique la ley antiterrorista, que se
le juzgue con todo el rigor que contempla nuestro ordenamiento jurídico y, una
vez que tenga una condena firme, sea ingresado en una cárcel de mujeres donde
todas las internas sepan por qué está ahí.
Quizá, así, deje de dar igual…
#MachismoMata
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