FIRMAR SOBRE LA LÍNEA DE PUNTOS

Majestad:

La presente es para expresarle mi absoluta incomodidad con la situación actual.  Me considero una persona cabal, sensata de pensamiento y ponderada de acciones y el hombre que ha presidido el Consejo de Ministros durante los últimos meses no soy yo, algo ha debido ocurrir en mi cabeza para actuar así y estoy extrañado, pesaroso, arrepentido y contrito.

No soy persona aficionada a la mentira pero, desde hace un tiempo, lo he hecho tanto y con tal desparpajo que, sólo por divertirme, he llegado a dar las buenas tardes siendo de buena mañana.  Así, hablé de no tocar la Sanidad Pública y la he dejado más desprovista que un dispensario de provincias.  Juré defender la Educación Pública y echaremos de menos los tiempos de Villar Palasí.  Empeñé mi palabra en facilitar la creación de puestos de trabajo y he pergeñado una Reforma Laboral que, a poco que nos despistemos, dejará la cifra de desempleados en siete millones.  Hice de las pensiones y los jubilados mi santo y seña y he terminado por bajar tácitamente las primeras y hacer pagar por las recetas y servicios a los segundos.  Ataqué con dureza al gobierno anterior por subir  impuestos y he penetrado en una espiral impositiva de tal calibre que estoy a punto de gravar los derechos de progenitura como en la Edad Media.  Me harté de gritar, en suma, que un gobierno debe serlo para todos igual y, al primer envite he dejado tirados a los más desfavorecidos que, con los nuevos peajes, no podrán ni instalarse bajo un puente y, sin embargo, no he rebajado un céntimo la generosa aportación del estado a la Iglesia Católica y estamos estudiando la ampliación con nuevas gabelas y regalías.

Como podrá comprobar, señor, soy un verdadero desastre que ha sabido rodearse de dañinas alimañas de tal voracidad que en unos pocos meses más de enérgica actividad, no terminaremos con el Estado del Bienestar, finiquitaremos el Estado mismo y, total, ya estamos siendo gobernados por Alemania en lo importante.  ¿Para qué me necesitan?

Es por estos motivos y otros de callo por no venir al caso, que he dado en hacerle llegar mi DIMISIÓN con carácter irrevocable rogándole además que proceda a disolver las cámaras de representantes y firme la convocatoria inmediata de Elecciones Generales.

Me han comentado que, con la parálisis del mercado inmobiliario, mi plaza de Registrador de la Propiedad en Alicante, es un plácido destino muy cercano a la jubilación anticipada que, sin duda, merezco.

Quedo a su entera disposición para lo que guste mandar.

Atentamente,

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Mariano Rajoy Brey

Presidente del Gobierno de España