domingo, 13 de noviembre de 2016

Cómo ser un Buen Americano en 3 sencillos pasos


Una vez consumada la, para algunos, inesperada victoria del indiscutible macho alfa, Donald Trump, en Estados Unidos, el Dios de las Tendencias y su legión de profetas emprenden su singular  cruzada de evangelización del mundo de descreídos, pasados de vueltas, progres demodés, plebe adocenada y demás aburridos y prescindibles habitantes del planeta Tierra; que les harán la vida más fácil y divertida los próximos cuatro (ocho) años. 

Si estás leyendo esto, mal síntoma; significa que sabes leer y, por tanto, eres un potencial rojo empeñado en adquirir (que no comprar) cultura para alcanzar esa absurda pretensión de pensar por ti mismo.  No obstante, obviaremos por el momento ese defecto, haremos de la necesidad virtud, y te daremos unas sencillas instrucciones que te llevarán a alcanzar las más altas cotas de mediocridad que tu risible economía pueda permitirse. Coge papel y boli.

Las mujeres. Circula la malintencionada idea de que el “líder mundo libre” desprecia al género femenino; no sólo es falsa sino malintencionada y fácilmente rebatible: Trump ha gastado buenas cantidades de dinero en comprarse los más bellos ejemplares que ha encontrado por el mundo y, además, les ha concedido una tarjeta platino, sin límite alguno, para que puedan darse todos los caprichos que puedan encontrar en el infinito mercado que hay ante nuestros ojos. El hecho de que, de vez en cuando, pueda agarrarlas del coño o practicar los ejercicios sexuales que pudieran apetecerle en cada momento, no es más que la lógica contraprestación de su generosa inversión. Al fin y al cabo, para qué hizo Dios a la mujer si no es para dar satisfacción al hombre y procrear para salvaguardar las virtudes de la raza. Si hay que comprar una clínica estética para eliminar las secuelas de la preñez del físico de la mujer, se compra y punto. La caballerosidad ante todo.

Lo NO americano. Partamos de la base de que, americano, es todo lo relativo a los U.S.A., el resto de países del continente es como un supermercado dividido en secciones especializadas en su gama de productos. México: Podría sacar más rendimiento a su inagotable cantera de trabajadores a tanto la docena, pero se han empeñado en meter algunos delincuentes en cada lote y es intolerable. O mejoran sus controles de calidad o se anularán los pedidos y se devolverá todo lo comprado estos años. Colombia: País situado junto a México, especializado en producir sustancias para mantenerse despierto y alerta, tan necesario en la sociedad de hoy; son muchachos fogosos que necesitan desahogarse de vez en cuando pero, también para eso se inventaron las armas.  Venezuela: Paraíso caribeño productor de petróleo barato y bellas mujeres, con un botarate en el poder al que apalear a cada poco como una piñata. España: También conocida como Argentina o Chile (qué buen trabajo hizo Kissinger en Chile), se caracteriza por hablar mucho y hacer poco; como ejemplo, hablan tanto que han contagiado su idioma al resto de provincias del sur del continente de México para abajo.  Rusia: Conoció a su amigo Putin cuando coincidieron en la clínica de desintoxicación y se han vuelto inseparables; juntos tienen bellos y productivos planes para la humanidad.  Países Árabes: Tienen mucho petróleo pero la desagradable costumbre de matarse a tiros entre ellos, que hay que aprovechar a favor de los U.S.A. y el libre mercado.  China: Comunistas, ojo, con dinero.

Lo americano y los americanos: El eslogan de campaña “Hacer a América ser grande otra vez” lo dice todo. Hay que poner por delante a todo lo patrio y, con la ayuda de Dios, convencerles para que pongan la economía en marcha sacando los billetes que tienen escondidos bajo el colchón y poniéndolos en circulación. Los 17 millones de puestos de trabajo creados por el mierda de Obama, casi estropean el principio económico de que el paro es necesario para tener al resto de trabajadores agarrados por los cojones, pero bueno, una vez en la Casa Blanca (por cierto, vaya cuchitril), se puede revertir la situación y volver a la senda de los beneficios empresariales.  Es fundamental que sigan creyendo a pies juntillas en la Biblia y sus maldiciones, que sigan comprando armas para sentirse seguros y hacer purgas de vez en cuando y comprando productos americanos para mantener la pirámide en pie.

Estos tres principios básicos bien aplicados, te harán aprobar sin problemas el curso de iniciación en Vocero del Mundo Libre y tendrás mucho terreno ganado para mirar a los demás por encima del hombro, como buen americano.



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