Ya recuperado de sus agotadoras vacaciones, el Gobierno del
oxímoron; inventor de las bajadas de impuestos hacia arriba, la mejora del
Estado del Bienestar hacia atrás o el avance hasta los años 70; se dispone a
afrontar el nuevo curso político con una nueva batería de ideas y propuestas
para afianzar con firmeza el cabreo generalizado que existe en la sociedad.
Así, bajo el epígrafe sonrojante de Regeneración Democrática,
lucen su obsceno bronceado en declaraciones sin fin, defendiendo un pucherazo
en toda regla, que pretende perpetuar su dictadura engominada en los
ayuntamientos donde aún gobierna. Para
distraernos, lanzan algún globo sonda, como la reducción del número de
aforados, que pasaría, inevitablemente por una improbable modificación de la Constitución
que produce alergia entre sus filas con solo nombrarla. Como contrapartida, ni una sola mención a corrupción
rampante que ha asolado las cuentas públicas y mantiene a España destacada a la
cabeza del ranking de representantes políticos imputados, con mayoría absoluta
del PP, en todas las escalas de la administración.
La tozudez de las cifras de Desempleo, que muestra sus
horrorosas verrugas bajo el grosero maquillaje de contratos por días o por
horas, mantiene vigente el drama de millones de familias con serias
dificultades para comer, el número de desahucios ha aumentado exponencialmente
y, con la llegada del otoño, volverá a enseñar su realidad descarnada a la
finalización de la campaña turística de verano.
Mientras tanto, el terrorismo machista se está cobrando
víctimas, en un goteo intolerable, y el Gobierno elude su responsabilidad
falseando, otra vez, cifras de recursos empleados. En vez de apostar por una educación en
igualdad, que destierre desde la más tierna infancia el fantasma del machismo,
se vuelcan en la financiación de la educación religiosa, segregada por sexos,
caldo de cultivo para una misoginia larvada que encuentra abono en
declaraciones rancias de dirigentes populares y los corifeos que les ríen las
“gracias”, además de barbaridades legislativas como la Reforma Laboral o la
“nonata” ley regresiva sobre el aborto.
La cruda realidad económica sigue a lo suyo: Desguace acelerado de los Servicios Públicos
y venta, por piezas al mejor postor. Recortes
salvajes en Sanidad, Educación o Dependencia y privatizaciones, copagos y tasas
brutales en cualquier faceta de nuestra existencia donde sea posible arañar un
céntimo para engordar las cuentas de resultados de “amiguetes, socios y
colegas”. Los expertos en la materia,
cifran en 40.000 millones los nuevos recortes que aplicará el Gobierno y, visto
lo visto, acojona un poco pensar de dónde pretende sacar tanto dinero. ¿Obligarán a los bancos rescatados a devolver
lo percibido? No lo creo, los bancos no
se tocan, no vaya a ser que se enfade alguien.
¿Recuperación? Mal con tendencia a empeorar.
Es obvio que, unos gobernantes que pusieron, ponen y pondrán
toda la carne en el asador en beneficio de sus patrocinadores, están
encontrando una contestación cada día mayor en una ciudadanía con las gónadas
hinchadas de frustración, descontento, hartura, indignación y déficit de
participación. ¿Cómo lo afronta nuestro
amado Gobierno? Sencillo, si la gente protesta, se cercenan las libertades
mediante leyes represoras con nombres equívocos, como la “ley mordaza”, disfrazada
de Ley de Seguridad Ciudadana, se intimida a los contestatarios mediante multas
salvajes o tasas judiciales monstruosas (que favorecen descaradamente al
poderoso) o, la última de tantas, se prohibe a los funcionaros participar en
las protestas porque forman parte del Estado. Escandaloso.
El panorama internacional se mueve en un ambiente prebélico
en diferentes lugares estratégicos para el suministro de combustibles
fósiles: Petróleo en oriente medio y gas
en el conflicto ruso-ucraniano que auguran un encarecimiento y/o
desabastecimiento intermitente que zarandearán la frágil economía occidental,
retraerán el consumo opulento europeo a criterios de “economía de guerra” y
pondrán cara a la pared a los voceros de una ficticia recuperación económica
que, en una visión de futuro que les honra, han desmantelado el vigoroso
potencial en energías renovables, donde seríamos líderes, porque las grandes
corporaciones querían seguir aumentando beneficios.
El nuevo curso dará el pistoletazo de salida a una precampaña
electoral para las Municipales y Autonómicas, que serán el entrenamiento para
las Generales que vendrán a continuación.
El Partido Popular, inasequible al desaliento, cuenta con una masa leal
de partidarios que les garantiza un mínimo aceptable de votos para capear el
temporal y que, para sorpresa de pocos, se ve reflejado en las encuestas. La Izquierda, incorregible, sigue fragmentada
aunque se van viendo movimientos que nos hacen albergar cierta esperanza de
cambio.
Es el momento de mostrar generosidad y altura de miras;
dejar de apostar por el “Yo” y poner todo sobre la mesa por el “Nosotros”,
antes que sea tarde.
1 comentario:
Brutalmente lúcido como de costumbre, pero mis estrategias de supervivencia seguirán siendo individuales / individualistas!!
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