domingo, 29 de noviembre de 2015

Nuestro Black Friday patrio



Son cosas de la Globalización rampante, en Europa o España se popularizan eventos como Halloween o el Black Friday y en EE.UU. triunfan las torrijas en Semana Santa (bueno, a lo mejor no, pero molaría).

Lo más reciente, de lo que aún estamos padeciendo sus últimos coletazos, es el invento del Black Friday ¿Y qué narices es el Black Friday? Muy fácil: Se trata de un día, viernes por más señas (lo de friday es lo que tiene), en el que los comercios rebajan sus precios significativamente de cara a aligerar lo acumulado en sus almacenes, proveerse de dinerito fresco y disponer de más espacio y recursos para afrontar la Campaña de Navidad con mayores garantías de éxito.  Ni que decir tiene, hay muchos comercios que aprovechan para hacer trampas (inflan los precios antes, para luego dejarlos como debían, ofrecen artículos de ínfima calidad o sacan de las catacumbas todos los productos averiados o defectuosos).  El caso es que, poco a poco, se va implantando en nuestros lares, como cualquier otro acontecimiento con soporte mediático.  Todavía no sé si es bueno o es malo pero en cuanto a nivel de aborregamiento estamos en la media.

Transitamos con paciencia y dignidad (al menos lo intentamos), por “esos días difíciles” que preceden a las campañas electorales; ni es la Campaña propiamente dicha, ni es la precampaña (el resto de la legislatura); en estas fechas, todos los candidatos van desgranando sus propuestas electorales sin, eso sí, poder pedirnos el voto, que, como la virginidad para la noche de bodas, es un atavismo que se reserva para los últimos 15 días.

Unos y otros (bueno, eso era en los tiempos del bipartidismo, ahora sería unos y otros y otros y otros…) se lanzan por el tobogán vertiginoso de las propuestas y promesas propias, además de la descalificación de propuestas y promesas ajenas y no hay día en que no nos veamos asaltados en nuestra propia casa por gritos rastreros (de rastrillo, ojo, cuidado) sin medida: “Bajaré el IRPF 2 puntos”, “Daremos una renta mínima para todos”, “Garantizaremos los servicios públicos” o los ya clásicos “Crearemos 20 millones de puestos de trabajo” o “Haremos una nueva Ley de Educación”.  El caso es que los niños llevan días sin querer salir de su habitación y el gato se ha hecho fuerte debajo del sofá y no hay quien lo saque.  Esta es nuestra particular versión del Black Friday, que bien podría llamarse Black cuatrienio o Black decenio y, por supuesto, la nómina de tramposos desplegada por calles, plazas, radios, televisiones y redes sociales, dejaría en un grupo de virginales querubines a toda la tropa acuartelada en el Patio de Monipodio.

Igual que en las clásicas Rebajas o en el Black lo que sea, conviene tener muy claro qué es lo que se necesita, lo que queremos comprar, quién nos ha engañado antes y cuál es nuestro presupuesto.  Que luego es muy jodido estar cuatro años mirando con ojos bovinos el extracto flamígero de la tarjeta de crédito o las resoluciones aberrantes del Consejo de Ministros.  Avisados estamos.




sábado, 28 de noviembre de 2015

El Analista Sarcástico de Medios propone para hoy…

Mientras tanto, el invierno se adelanta para los refugiados sirios.

El PP apuesta por atajar el fraude en los contratos temporales
Y para demostrarlo legalizará los “despidos en diferido con finiquitos, eso sí, en forma de simulación”. La oposición, presa de la emoción, solo calla y asiente con un respeto reverencial… Estos del PP son unos cracks.

Las farmacias catalanas cobran 101 millones de euros del Fondo de Liquidez
Este dinero se destinará, íntegramente, a satisfacer la deuda por el consumo masivo de ansiolíticos.

Mas propone a la CUP una presidencia dividida en tres comisiones
En la CUP sospechan que Mas se ha liado y, lo que verdaderamente propone, es una comisión del tres para la presidencia…

Cifuentes ordena cambiar el libro de primaria en el que se elogia a Esperanza Aguirre
Un monovolumen blanco merodea sospechosamente por la zona donde Cifuentes aparca su moto.

Fátima Báñez: “Intento acabar con la discriminación de las mujeres”
Concretamente, si atendemos a su Reforma Laboral, mediante su extinción. Algo que no existe no puede ser discriminado.

El sistema eléctrico arrojó superávit en 2014 tras 15 años de déficit
Eso en el 2014. Cuando trasciendan las cifras de 2015 comprenderemos de verdad el ritmo vertiginoso adquirido por las Puertas Giratorias.  ¿Cómo que es un Servicio Público esencial para atender las necesidades ciudadanas?  Esa es una definición arcaica propia de rojos peligrosos y perroflautas cesantes.

La Banca tantea a fondos buitre como solución para Abengoa
Lógico ¿De qué se alimentan los buitres? De cadáveres…  La pregunta ahora es ¿Cuánto nos va a costar el NO rescate que NO supondrá un solo euro para el bolsillo de los ciudadanos?

Calatrava, entre los más ricos afincados en Suiza
A día de hoy hay tres Calatravas destacados: Dos hermanos, muy feos ambos, que hacen un humor discutible destrozando canciones y otro señor que gana mucho dinero haciendo lo mismo con la arquitectura.

La Troika exige a Tsipras que privatice la luz para recibir ayudas
Y, cuando la Troika habla de privatizar la luz, no se refiere a la energía eléctrica…

Rivera e Iglesias tropiezan con la misma piedra: Los libros de Kant
El uno le confunde con Kent, el “chico” de la Barbie, que es un referente para él y el otro se lía con el título, llamándolo “Ética de la razón pura” porque su inconsciente rechaza la “crítica”.

Vendida una de las 4 torres de Madrid por 558 millones
El avezado vendedor, ya lanzado, lo intenta ahora con el Museo del Prado y la Casa de Campo… Las comisiones de venta alcanzarán cifras Pujolísticas.

Imputadas las feministas que sacaron en procesión el “Coño Insumiso”
¿Por qué las han imputado?  Básicamente, porque a alguien le ha salido de sus “santos cojones”.







miércoles, 25 de noviembre de 2015

MI MARIDO, MI EXMARIDO... EL ANIMAL ESE


Que bonito tiene que ser eso de poder volar... Bonito... Sugerente... Enigmático... Romántico... No sé, quizá sea por eso que la humanidad lo ha intentado desde siempre. Estoy segura de que todos, en alguna ocasión, hemos soñado con esa sensación maravillosa de ir flotando por el cielo, sobre una nube, sin más destino que el que marque el viento... Relajada ... Libre. De vez en cuando sumergirte en una nubecilla de algodón, haciendo cabriolas según avanzas hasta que... ¡Zas! Te estampas contra una montaña que estaba ahí desde siempre pero, flotando en tu fantasía, no la viste. Y caes, dolorida y desmadejada, dando tumbos por la ladera hasta el fondo de un precipicio.

Más o menos así es como me sentí la primera vez que me pegó mi marido, mi exmarido... el animal ese.

Y, como en las películas, cuando hay un accidente en la montaña, de inmediato arranca la Operación Salvamento. Ante mi estupor, mi dolor y mi sorpresa me abrazó. –¡¡No sé lo que me ha pasado, cariño, perdóname, perdóname, perdóname!!- Me decía llorando. Y yo aturdida, enamorada, le creí.

Con el paso del tiempo se me olvidó lo que había hecho ¡Cómo se puede ser tan tonta! Y vinieron los niños, los tres seguiditos: Arturo, Jorge y Patricia, así, de tirón, en tres años, tres niños. Yo creo que fue entonces cuando apareció, cuando se mostró abiertamente, sin careta, la mala bestia que vivía en mi casa: Que si “Joder, te has puesto como una vaca”; que si “Esta comida es una puta mierda”; que si “Eres una inútil”. Cada día avanzaba un pasito más y yo no entendía nada.

En mi soledad me iba hundiendo poco a poco. Mi madre estaba en el pueblo, los pocos amigos que tenía eran también los suyos y el cura... luego hablaré del cura. Debió ser por entonces cuando, por fin, me anuló, cuanto más me esforzaba por agradarle o por evitar sus broncas y sus insultos, ya no lo sé, más se crecía él. Venía por casa cuando le parecía, me tiraba la comida a la cara, se gastaba todo el dinero ¡Que lo ganaba él, decía! ¡Que yo no sabía administrar una casa, que yo no sabía ni sumar! Yo no quería nada para mí pero no podía permitir que los niños fueran como pordioseros, que les faltara comida o pañales o ropa o juguetes, lo que sea.

Y se lo dije. Llegó a casa a las tantas, borracho pero se lo dije, muerta de miedo pero se lo dije.

El primer golpe no lo vi venir, ni el segundo, ni ninguno. Sólo me recuerdo tirada en el suelo, hecha un ovillo, recibiendo cada puñetazo, cada patada, cada insulto sabiendo que no lo merecía pero ¿quién merece eso? Nadie, ni siquiera él. Luego, cuando se cansó, satisfecho de su comportamiento indigno, me tiró encima un puñado de billetes y se marchó.

Al cabo de dos días eché de menos a mi marido, mi exmarido... el animal ese y, preocupada, me acerqué a la comisaría. Me veía desde fuera, como en las pesadillas, deambulando magullada como un zombi, me preguntaron si quería poner una denuncia -¿Por la desaparición?.Pregunté yo. –No, por los malos tratos .Respondió la mujer que me atendió. Y desperté.
Durante el reconocimiento médico, las charlas con la psicóloga y después con la abogada fui recordándolo todo, punto por punto, palabra por palabra, insulto por insulto y golpe por golpe.

Tomé conciencia clara de quien era yo y quien era él, quien no era él. Me hice un firme propósito, un compromiso: el de no volver a consentir que ocurriese. No me alimentaba el odio, de verdad, sólo quería hacerme justicia a mí misma, recuperar mi persona y mi dignidad.

Arturo, mi hijo, mi Arturito, estaba haciendo la catequesis y una tarde me hizo llamar Don Adolfo, el cura. Me dijo que se había enterado por el niño de que sus padres estaban separados y me recordó que el matrimonio es indisoluble, que debía guardar respeto al padre de mis hijos. Si consentía en volver a la normalidad, me dijo, él mismo hablaría con mi marido, con mi exmarido, con el animal ese para solucionarlo todo. Le expliqué lo sucedido y me negué en redondo a su proposición y, para mi sorpresa, en vez de entenderlo, me amenazó con no celebrar la comunión del niño. ¿Quería borrar de un plumazo todo el drama de mi vida con un vulgar chantaje? Ni loca, respondí, y ni mis hijos ni yo hemos vuelto por una iglesia.

Con el tiempo mi vida se fue normalizando, empecé a trabajar en lo que pude... ¡Qué remedio! Y no volví a ver al bestia hasta que nos citaron en el juzgado. Para ser sincera fue una situación muy desagradable. Al entrar, él me pidió perdón, me dijo que había cambiado y que quería volver a intentarlo. Yo le dije que no. Buscó entonces por el lado emocional, me dijo que me quería y echaba mucho de menos a los niños. Yo le dije que no. Y volvió por sus fueros: voces, amenazas, algún amago violento, todo esto en el juzgado, me hubiera reído si no hubieran vuelto mis fantasmas y no estuviese muerta de miedo. Pero me mantuve firme.

Un día, al volver del trabajo, estaba en el descansillo de la escalera cuando escuché el teléfono de casa. Abrí corriendo la puerta y fui al salón a cogerlo. Era mi abogada. Mientras le escuchaba, eché un vistazo rápido por el salón y allí estaba él, sentado en un sillón. No sé como había entrado, pero el brillo de sus ojos no presagiaba nada bueno. Noté como la sangre se me bajaba a los pies y oí que el teléfono seguía hablando. Presté, mecánicamente, atención al auricular y la voz de mi abogada decía: -Vengo del juzgado, tu marido ha perdido el juicio. Respiré hondo y, antes de colgar, le dije: -No lo sabes tú bien, avisa a la policía.

Cuando mi cuerpo atravesó la ventana el tiempo se ralentizó... Me dio tiempo a visitar, como cada noche, la habitación de mis hijos, a remeter las mantas, a darles un cálido beso en la frente y a decirles adiós. También vi mi nueva y feliz vida sin él y durante tres eternos segundos...  fui verdaderamente libre.



domingo, 22 de noviembre de 2015

2 Paradojas


Transitamos por un momento histórico que bien podría considerarse la “Edad de la Paradoja”.  Los dos extremos presentes en cada acontecimiento, se hacen patentes a simple vista pero, en vez de compensarse y anularse entre sí, se decantan en la mayoría de los casos por la opción que más convenga a la clase dirigente.  Veamos:

De la noche a la mañana nos hemos sumergido en la denominada “sociedad de la información”.  Cada persona tiene a su disposición un sin fin de medios, entre los clásicos prensa, radio y televisión; a los telemáticos blogs, diarios y radios digitales, redes sociales, televisiones a la carta, informativos en streaming y plataformas multimedia. 

Lo que debiera ser un paraíso para las mentes ávidas de información, se ha transformado en un infierno donde triunfan los mensajes promovidos por las élites económicas, bien por la “potencia de disparo” empleada, bien por la capacidad de distracción puesta a su servicio, bien por los laberintos en los que se adentran los mensajes auténticos, bien por la subjetiva sensación que dan las redes sociales de “ser escuchado” mayoritariamente cuando, en realidad, solo son unos pocos afines los que se hacen eco y transmiten entre sí; dando la sensación de cobertura universal a una audiencia limitada y endogámica.

Cuando más se aparenta la pluralidad informativa, más cala la uniformidad del mensaje, simple y visceral, difundido por los beneficiarios del mismo.

Europa, para los europeos el sancta sanctorum de la civilización, vive el periodo más largo de su historia sin grandes guerras en su privilegiado suelo. Desde el fin de la 2ª Guerra Mundial, en 1945, llevamos 70 años de paz por estas tierras. 

¿Seguro?  Dejando de lado el sanguinario y fratricida conflicto en la antigua Yugoslavia, igual que el concepto de Información se ha atomizado e invadido cada faceta de nuestra vida, las guerras ya no son lo que eran.  No es necesaria una declaración solemne ni la movilización de grandes ejércitos; la guerra silenciosa es más dañina, sangrienta y dolorosa que la convencional.  Lo impregna todo, llega hasta la sagrada seguridad del corazón de las ciudades históricas, golpea con saña, huye y desaparece hasta el siguiente ataque.

¿Cómo responder?  No hay un enemigo visible y la población necesita respuestas contundentes para alimentar su ansia de venganza.  Mientras los servicios de inteligencia occidentales escudriñan el mundo palmo a palmo, para dar los verdaderos causantes, los Medios tienen que vendernos un enemigo con cara y unas medidas bélicas que transmitan tranquilidad a la gente sobre la vigencia del binomio “Crimen y Castigo”.  Desgraciadamente, pensando con un poco de frialdad, podemos concluir que nada es lo que parece.  Probablemente, haya que datar el comienzo de la 3ª Guerra Mundial en 11 de septiembre de 2001, pero será lo único cierto.  Todo lo demás que conocemos obedece a unas tácticas de desinformación que nos llevan a desconocer quién hay detrás, por qué y las respuestas y contrarrespuestas ocultas que se han venido dando desde entonces.


La sensación de seguridad es tan necesaria como ficticia.  Para los que dominan el mundo solo somos peones prescindibles en su tablero planetario.

Sigamos, pues, disfrutando y sufriendo nuestras glorias y miserias diarias; de lo contrario la existencia sería insoportable y dejaríamos de ser "carne útil", con las consecuencias que eso tendría...
Eso sí, en tu fuero interno nunca dejes de dudar de todo.



sábado, 21 de noviembre de 2015

El Analista Sarcástico de Medios propone para hoy…

Grande, enorme Gila. La situación que tiene consternado al mundo, resumida en 12 palabras.

La ONU aprueba combatir al ISIS con todas las medidas necesarias
En una enmienda propuesta por España, se añade: "Y Osiris que se vaya preparando…"

El Daesh amenaza en un nuevo vídeo con hacer volar la Casa Blanca
Florentino Pérez traslada al Gobierno su honda preocupación y pide protección especial para el Santiago Bernabeu.

Bruselas propone crear una agencia europea de inteligencia tras los atentados de París
Rajoy se vuelve a liar y protesta por la flagrante discriminación a España que supone esta medida.

Gil Tamayo equipara los peligros del laicismo con los del fundamentalismo
Imagino que, para él, el punto de mesura ideal es el que defiende la Conferencia Episcopal, que ha sido capaz de renunciar al uso de la hoguera para con impíos, herejes y brujas.

La Seguridad Social pierde más de la mita de su patrimonio durante la legislatura de Rajoy
Lo llaman Patrimonio y no lo eeeees…

Ciudadanos quiere retrasar una hora los relojes de España
Poco a poco.  Se empieza por una hora y, para cuando queramos darnos cuenta, estamos de nuevo inaugurando pantanos y organizando viajes del Inserso al Valle de los Caídos.

Rivera e Iglesias quieren que María Teresa Campos les conecte con los votantes mayores
Por favor, si es cierto, quiero que vayan al mismo programa y, al calor del brasero de la mesa camilla, compartan un café con leche con Mariñas hablando de Cataluña y los atentados de París. Historia de la televisión en estado puro.

Dos titulares combinados para su mejor comprensión: 1.- José Carlos Somoza “Estamos lejos de saber el impacto de las redes sociales en la salud mental”  2.- Un candidato del PP al Congreso retuitea bulos como “Un musulmán golpea a un bebé cristiano”
Se sospecha que ya hay indicios fiables.

Las multas de los radares se disparan un 30 % este año
Tampoco nos fiemos demasiado de este titular. Desde que han habilitado para la DGT los radares de Barajas, un 100 % de los vehículos que transitan por sus pistas supera la velocidad legal. De ahí a que las multas prosperen va un trecho.  Bobierno de España

Las batas de los hospitales tienen hasta 80 tipos de bacterias
Mira, así empezaron con la L casei inmunitas y ya van por 10.000 millones.  Por cierto, ¿Quién las ha contado? ¿Hay un puesto de trabajo de contador de bacterias? ¿Cómo lo hacen? ¿Existe el compañero cabrón que te dice números al azar al oído cuando vas por la mitad para que te pierdas?




domingo, 15 de noviembre de 2015

Humo


Admiro profundamente la capacidad de percepción extrasensorial con que la naturaleza dotó a la raza humana.  No se entendería de otro modo que podamos caminar tranquilamente por la calle, sin tropezarnos unos con otros, con la gran cantidad de humo que flota en el ambiente.  No me estoy refiriendo a la contaminación del aire, o también, sino a la constante difusión por nuestra castigada atmósfera patria, de consecutivas e intensas bombas de humo que evitan una visión general del escenario con claridad y en perspectiva.

Esa bruma dulzona que nos envuelve, está impregnada de un aroma a beneficiosa recuperación económica tan verosímil como ese sospechoso tono, rosa intenso, que decora los helados de fresa de a 1 euro el kilo.  Farsa barata e indisimulada.

Ya azuzan con saña el “problema catalán” para que nadie, salvo los 4 millones largos de afectados, repare en que tenemos la misma cantidad de desempleados que hace 4 años con la diferencia de que, quienes trabajan, lo hacen por la mitad de sueldo y en condiciones de precariedad cercanas a la esclavitud.  Y consiguen que casi nadie se fije en que la cifra del paro se mantiene aún habiendo obligado a cerca de un millón de jóvenes a emigrar como sus abuelos o nos hagan mirar para otro lado para no ver el escandaloso descenso en las cotizaciones a la seguridad social que hace tambalearse buena parte del ya maltrecho Estado del Bienestar.  Por cierto, lo del “problema catalán” lo habrían resuelto fácilmente con la celebración del famoso referéndum pero, de haberlo hecho, habrían perdido un potente foco de distracción.

Igual que los turrones que vuelven a casa por navidad, no se concibe una campaña electoral sin el terrorismo en el argumentario.  Una vez extinguida la amenaza de ETA, el sangriento fanatismo islamista y sus atrocidades indiscriminadas han cogido el relevo.  Como dijo un dictador gallego, un sanguinario tirano de apellido paradójico, “no hay mal que por bien no venga…”.  Con esa dura sombra de amenaza, nadie va a reparar en la falacia infame de la recuperación económica cuando, en solo 4 años, la deuda pública ha pasado del 70 al 100 % del PIB.  Es decir, 30 puntos que equivalen a más de 300.000 millones de euros en que nos hemos endeudado ¿para pagar qué, la corrupción y sus trampas?.  Es decir, es  como si una familia en paro presumiera de su bonanza económica tirando de tarjeta de crédito, sin reparar en que la factura vendrá con retraso pero también con cuantiosos intereses.

Cuando tienes el enemigo en casa, tirado en el sofá y vaciando tu nevera entre arrascada y arrascada genital; lo suyo es distraer la atención criticando el color del que ha pintado la casa tu vecino.  Así, cuando encontrar un cargo público del Partido Popular que no haya metido la mano en la caja, en vez de ser la norma se ha convertido en la excepción; cuando la corrupción emponzoña cada día las páginas de los periódicos (y eso que los grandes medios están “domesticados”), vamos a criticar cualquier cosa que hagan los de otro color político, que sea bueno o no, carece de importancia; vamos a sacarle los ojos al que emprenda una iniciativa diferente a lo habitual, aunque el enfoque creativo ayude a resolver problemas;  No vaya a ser que la gente descubra que hay otra manera distinta y eficiente, además de honrada, de hacer las cosas, les voten y se acabe el chollo.


En fin, se acercan las elecciones y, como en tantas ocasiones anteriores, un humo denso y asfixiante invade las calles.  Como diferencia, al menos esta vez, le han puesto una nota de color:  Está todo teñido de naranja…




sábado, 14 de noviembre de 2015

¿Por qué?


Me ha venido a la cabeza esa leyenda urbana que afirma que los doberman, a partir de su séptimo año de vida, se vuelven locos y atacan sin motivo porque su cerebro crece más que su cráneo.  Algo de cierto debe haber detrás, aunque no referido a los perros sino a los seres humanos. ¿Humanos?

No encuentro otra explicación que justifique las matanzas en nombre de dios, de cualquier dios, perpetradas a lo largo de la historia.

Si tengo que tolerar que un grupo numeroso de personas, no solo crea en la existencia de un ser superior dotado de superpoderes, sino que trate de imponerme, por las buenas o a la fuerza, la obligatoriedad de esas creencias; no me queda más remedio que defenderme negando su existencia y, por tanto, rechazando cualquiera de sus dogmas, ritos y liturgias.  Me da igual que sea único y verdadero, uno y trino, múltiple o extraterrestre; me importa un pimiento que se le llame Zeus, Dios, Alá, Jehová, Shiva, Selenita, Mortadelo o Vulcaniano; todos y cada uno de ellos son fruto de la imaginación humana y nadie merece morir por la invocación de su nombre.

Detrás de la religión, detrás de todas las religiones, solo está el poder y la lucha por obtenerlo.  Un poder nada místico ni espiritual, al contrario, PODER con mayúsculas, de ese mundano y vulgar que persigue dominar voluntades y lograr un ejército de fieles que luchen en su nombre para lograr someter a cuantas más personas mejor.

En su lucha por el PODER, la mal llamada “Sociedad Occidental” ha cometido muchos errores: El primero, quizá, ha sido el de subestimar y despreciar a todas las organizaciones sociales que no son la suya y, como consecuencia, tratar de imponer su voluntad con las armas o mediante complejas jugadas estratégicas, que terminaban también usando las armas, para acaparar determinados bienes terrenales (petróleo, por ejemplo) y que han terminado por volvérseles en contra.  El paradigma de Al-Qaeda va camino de convertirse en una nimiedad al lado de la virulencia y capacidad destructiva del Estado Islámico y sus invisibles tentáculos durmientes infiltrados en nuestra sociedad.

¿Qué tipo de argumentos usan para anular la conciencia humana y convertir a personas normales en asesinos sanguinarios dispuestos a matar y morir con la única condición de hacer el máximo daño posible?  No lo sé.  Lo que sí sé es que no se puede asustar a quien no tiene miedo, solo conseguiremos que empleen tácticas más sofisticadas para evitar ser descubiertos.  Si esos “desalmados” han llegado a ese punto a través de la “seducción” de unas ideas tan fantásticas como discutibles, alguien tendrá que encontrar la tecla para disponer de otros argumentos que los anulen.  Aunque, claro, para poder conseguir ese objetivo tendríamos que echar mano de nuevo de la religión, nueva o antigua da lo mismo. Un clavo saca a otro clavo.


Cuando un ser humano entra en ese círculo destructivo sin otro final que la muerte propia o ajena, ya no queda el más mínimo vestigio de aquel niño inocente que sonreía mientras jugaba.  ¿En qué momento se perdió?  ¿Por qué?           



domingo, 1 de noviembre de 2015

De la Muerte y de la Vida

Muerte y vida. Gustav Klimt 1916

El ser humano, como un ser vivo más de los que pueblan la Tierra, lleva insertadas en la base de su código genético las tres fases que marcarán su proceso vital: Nacer, crecer y reproducirse (o intentarlo, al menos).  Luego, con el avance de la evolución, hemos desarrollado una enorme capacidad para complicarnos la existencia pero, en esencia, esta se reduce a eso.

Hay un factor común a todo ser vivo, que además le confiere ese estatus, y por el que la Humanidad ha desarrollado una obsesión, mezcla de temor y fascinación, que condiciona inconscientemente su actitud y la forma de afrontar los problemas: La Muerte.

La Muerte no es otra cosa que un “cierre por cese de actividad”.  Si cada ser vivo está formado distintos compuestos de carbono que, combinados y reunidos entre sí, forman miles de millones de células especializadas, que conforman órganos, a su vez agrupados en sistemas que realizan diferentes y complementarias funciones fisiológicas, cuya suma da lugar a un individuo; la muerte consiste exactamente en el efecto contrario: La parada funcional de estos sistemas, la consiguiente descomposición química en compuestos cada vez más simples y, una vez alcanzado el nivel molecular, recombinarse y volver a formar parte del ciclo vital en otras estructuras.  Pensándolo en clave global, la muerte no constituye ningún final, solo es un paso más en un camino infinito.

El cerebro humano (otro órgano más) evolucionó más deprisa que el resto del organismo y fue adquiriendo funciones cada vez más complejas, la más importante quizá fue la capacidad para comunicarse, que desarrolló el lenguaje y, con él, la capacidad para hacer (hacerse) preguntas sobre fenómenos a los que no encontraba explicación: Ahí nació el mito de la Muerte y, como consecuencia, los pilares comunes sobre los que se asientan las diferentes religiones: Buscarle una explicación (con el tiempo, sacando beneficio de ella), proponer alternativas para posponer su inevitable llegada (con el tiempo, sacando beneficios de ellas) y tranquilizar la natural inquietud ante lo desconocido con la opción de acceso a una “vida mejor” (sacando un inmenso beneficio de ello).

No se puede negar que la muerte es un fenómeno doloroso en lo físico, cuando se experimenta en carne propia, y en lo emocional, cuando toca a alguien cercano, pero es algo tan natural como imposible de esquivar.  Ahí reside el éxito de celebraciones festivas como el internacionalizado rito celta de Halloween o la archiconocida tradición precolombina del Día de los Muertos, celebrada en México.  Ambas relativizan el fenómeno y lo convierten en motivo de fiesta despojándolo de la solemnidad oscura y lóbrega que la Iglesia Católica impuso para homenajear a nuestros ancestros.


Cada quien que lo celebre (si lo quiere celebrar) como quiera, pero que intente disfrutar al máximo de cada momento de su vida actual, no vaya a ser que en el próximo ciclo recombinativo del carbono, nos corresponda ser parte de la raíz de un champiñón, con lo aburrido que tiene que ser eso.