domingo, 24 de enero de 2016

De augurios, deseos y frivolidades


En una hipótesis de los físicos teóricos, muy cercana a la ciencia-ficción, se especula con cuándo seríamos conscientes de haber caído en un agujero negro: Si cuando comienza a acelerarse el tiempo por la superposición de procesos, cuando el tiempo y el espacio se curvan y “deconstruyen” por los efectos de la hipergravedad o nunca, ya que nuestra percepción subjetiva estaría condicionada por el entorno.  Es cierto que, a cualquier persona que lleve varios años sin empleo, sudando sangre para dar de comer a su familia y con unas perspectivas oscuras con tendencia a empeorar, la hipótesis del agujero negro no es más que una paja mental para gente sin preocupaciones reales pero, en el mundo de las metáforas, no estaría de más echarle un vistazo aplicado al capitalismo y la civilización occidental.

En nuestro entorno más cercano, la atención general está puesta en las distintas opciones que hay sobre la mesa para formar gobierno en España: Una continuidad del Partido Popular al frente del ejecutivo, obligado a pactar y consensuar legislación y reformas dada su situación de mayoría minoritaria (improbable); un pacto de legislatura, con gobierno bicolor PSOE-Ciudadanos, que contaría con la tutela activa del PP, su abstención en el Congreso y la mayoría en el Senado para dar su sesgo a las iniciativas legislativas (en fase de negociación pero bastante posible); una alianza de izquierda con gobierno PSOE-Podemos-IU más apoyos puntuales de otras fuerzas menores, de perspectivas tan rupturistas como diferentes a lo visto hasta ahora (la más deseable, al menos para mí, pero poco probable).

Conociendo un poco la política y su particular código de lenguaje, cuando más voces se inclinen por la celebración de nuevos comicios, más cerca se estará de alcanzar un pacto que permita la investidura y las experiencias europeas así nos lo indican.  No obstante, con personajes enrocados en posturas inamovibles nada sería posible y, de momento, todos han dado muestras de estar dispuestos a ceder aunque su discurso trate de no decepcionar o soliviantar a sus bases electorales. El momento de las palabras ya ha pasado y entramos en el decisivo momento de los hechos donde veremos quién es un político de altura y quién un charlatán de feria.

Dando varios pasos atrás, para ver todo con algo más de perspectiva, hay serios indicios que apuntan a una grave recaída de la economía mundial, sin, al menos nosotros, habernos recuperado del trastazo anterior.  Parece algo similar a unas nubes oscuras en el horizonte que no sabemos hacia dónde se dirigirán pero, siendo como somos granos de alpiste para alimentar al pajarraco capitalista cuando la comida escasea en el campo, no hay buenos augurios para un futuro con más empleo, estable y de calidad, quizá todo lo contrario.  Los tratantes de carne humana se mueven con soltura en un escenario que simultanee una caída del gigante chino y un relevo europeo de capacidad productora a costes similares y, si hay que provocar guerras, masacres y éxodos de millones de personas para tener un factor de amenaza a los “acomodados” trabajadores europeos, pues se hace y ya está; la cuenta de resultados es el alfa y el omega de nuestra civilización y el Dios ante el que todos se arrodillan.

De momento, si ya estamos bajo la influencia del agujero negro, nadie se ha dado cuenta y seguiremos así hasta que ya no tenga marcha atrás aunque, pensándolo bien, creo que cruzamos el “horizonte de sucesos” el día que cayó el Muro de Berlín.


Corolario: Las redes sociales son ese mundo paralelo donde todo se relativiza, incluido el sufrimiento, en contraposición con un mundo real cruel, despiadado y sanguinario decorado a conveniencia por los Medios de Comunicación que, cuando hace prisioneros, nos convierte en esclavos sin posibilidad de redención.  ¡Despertemos!

1 comentario:

azul dijo...

Realista y visionario. No digo más. 😉