En una hipótesis de los físicos teóricos, muy cercana a la
ciencia-ficción, se especula con cuándo seríamos conscientes de haber caído en
un agujero negro: Si cuando comienza a acelerarse el tiempo por la
superposición de procesos, cuando el tiempo y el espacio se curvan y
“deconstruyen” por los efectos de la hipergravedad o nunca, ya que nuestra
percepción subjetiva estaría condicionada por el entorno. Es cierto que, a cualquier persona que
lleve varios años sin empleo, sudando sangre para dar de comer a su familia y
con unas perspectivas oscuras con tendencia a empeorar, la hipótesis del
agujero negro no es más que una paja mental para gente sin preocupaciones
reales pero, en el mundo de las metáforas, no estaría de más echarle un vistazo
aplicado al capitalismo y la civilización occidental.
En nuestro entorno más cercano, la atención general está
puesta en las distintas opciones que hay sobre la mesa para formar gobierno en
España: Una continuidad del Partido Popular al frente del ejecutivo, obligado a
pactar y consensuar legislación y reformas dada su situación de mayoría
minoritaria (improbable); un pacto de legislatura, con gobierno bicolor
PSOE-Ciudadanos, que contaría con la tutela activa del PP, su abstención en el
Congreso y la mayoría en el Senado para dar su sesgo a las iniciativas
legislativas (en fase de negociación pero bastante posible); una alianza de
izquierda con gobierno PSOE-Podemos-IU más apoyos puntuales de otras fuerzas
menores, de perspectivas tan rupturistas como diferentes a lo visto hasta ahora
(la más deseable, al menos para mí, pero poco probable).
Conociendo un poco la política y su particular código de
lenguaje, cuando más voces se inclinen por la celebración de nuevos comicios,
más cerca se estará de alcanzar un pacto que permita la investidura y las
experiencias europeas así nos lo indican.
No obstante, con personajes enrocados en posturas inamovibles nada sería
posible y, de momento, todos han dado muestras de estar dispuestos a ceder aunque
su discurso trate de no decepcionar o soliviantar a sus bases electorales. El
momento de las palabras ya ha pasado y entramos en el decisivo momento de los
hechos donde veremos quién es un político de altura y quién un charlatán de
feria.
Dando varios pasos atrás, para ver todo con algo más de
perspectiva, hay serios indicios que apuntan a una grave recaída de la economía
mundial, sin, al menos nosotros, habernos recuperado del trastazo anterior. Parece algo similar a unas nubes
oscuras en el horizonte que no sabemos hacia dónde se dirigirán pero, siendo
como somos granos de alpiste para alimentar al pajarraco capitalista cuando la
comida escasea en el campo, no hay buenos augurios para un futuro con más
empleo, estable y de calidad, quizá todo lo contrario. Los tratantes de carne humana se mueven
con soltura en un escenario que simultanee una caída del gigante chino y un
relevo europeo de capacidad productora a costes similares y, si hay que
provocar guerras, masacres y éxodos de millones de personas para tener un
factor de amenaza a los “acomodados” trabajadores europeos, pues se hace y ya
está; la cuenta de resultados es el alfa y el omega de nuestra civilización y
el Dios ante el que todos se arrodillan.
De momento, si ya estamos bajo la influencia del agujero
negro, nadie se ha dado cuenta y seguiremos así hasta que ya no tenga marcha
atrás aunque, pensándolo bien, creo que cruzamos el “horizonte de sucesos” el día
que cayó el Muro de Berlín.
Corolario: Las redes sociales son ese mundo paralelo donde
todo se relativiza, incluido el sufrimiento, en contraposición con un mundo
real cruel, despiadado y sanguinario decorado a conveniencia por los Medios de Comunicación que, cuando hace prisioneros, nos
convierte en esclavos sin posibilidad de redención. ¡Despertemos!
1 comentario:
Realista y visionario. No digo más. 😉
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