Mariano Rajoy:
Sofás de todos los tejidos, mullidos y colores clasificados según su
idoneidad para ver retransmisiones deportivas.
Soraya Saenz de Santamaría: Desde toscos chubasqueros hasta condones integrales,
cualquier prenda que evite mojarse hasta en la ducha.
Dolores de Cospedal:
Ediciones del El Príncipe de Maquiavelo para torpes.
Luis Bárcenas:
Documentos, teóricamente desaparecidos, conservados en cualquier
soporte. De momento embalados en cajas hasta decidir su ubicación definitiva.
Cristóbal Montoro:
Un ábaco chino oxidado, calculadoras estropeadas y cualquier instrumento que permita
elaborar cuentas erróneas.
Ana Botella:
Granos de café relajante procedentes de todos los rincones del mundo (de
momento no se ha encontrado ninguno)
Luis De Guindos:
Utiliza las paredes de un gran salón para colgar placas de
agradecimiento de entidades financieras (pendiente de ampliación)
Esperanza Aguirre:
Su secreta afición a la taxidermia se colma con su colección de
sindicalistas disecados. En el
centro de la sala, un pedestal vacío espera a Ruiz Gallardón.
José Mª Aznar:
Tras los fallidos intentos de coleccionar mesas ilustres con huellas de
sus pies y libros de historia con su imagen, se conforma con máquinas de
abdominales.
Ruiz Gallardón:
Varios tomos, lujosamente encuadernados, atesoran los anuncios de su
retirada de la política.
Ana Mato: 25
urnas de cristal de bohemia recogen su asombrosa colección de “pulseras de todo
incluido”, sin haber pagado ni una sola.
J. I. Wert:
Exhibe una completa biblioteca, en permanente renovación, con los libros
de texto más caros del mundo (todos españoles, curiosamente).
J. Manuel Soria:
Primorosas miniaturas de paneles solares, molinos eólicos y demás
elementos productores de energías limpias, en serio peligro de extinción.
Arias Cañete:
Un completo patrimonio de casas playeras, construidas con alimentos
caducados, en escala 1:1 repartidas por todo el litoral español.
García Margallo:
Con la secreta intención de traérselo poco a poco, ha ido reuniendo una
numerosa colección de piedras arrancadas del Peñón de Gibraltar que va
colocando con mimo en una réplica detallada de Trafalgar Square en el jardín de
su casa.
Pedro Morenés:
Hombre parco en costumbres, solo reúne entradas VIP de ferias de
armamento.
Fátima Báñez:
Muestra orgullosa, a todo el que la visita, su excelsa colección de Excrementos de Caballo de la Romería
del Rocío, clasificados según raza, textura y pedigrí del propietario.
El Rey: Su
otrora completa colección de escopetas de caza ha sido esquilmada por su nieto
mayor. Ahora está entregado a recabar las mejores muletas en la historia.
Príncipe Felipe:
A medias con su esposa, la princesa Letizia, está muy orgulloso de las portadas
de El Jueves que protagonizan.
Cayo Lara:
Desde sus comienzos como sindicalista agrario, fue reuniendo miles de
camisetas reivindicativas, algunas ya deterioradas por el uso.
Rubalcaba: Sobre un panel que simula el sistema periódico de los
elementos, va pegando recortes de prensa que anuncian la retirada de sus
rivales, ordenados según su peso específico.
Rosa Díez: Por
deferencia del editor, dispone, cada día, del ejemplar de “El Mundo”, en papel
color magenta, que ordena por fechas.
Teófila Martínez:
Rivaliza con Ana Botella en su afán de coleccionar objetos imposibles.
Su caso: Facturas de Twitter.
Rafael Hernando:
Alimenta su basto conocimiento histórico con las obras completas de Pío
Moa.
Rouco Varela: No
pierde la ocasión de pasear su nostalgia, cada semana, por la sala dedicada a instrumentos
de tortura de la Inquisición.
2 comentarios:
Gracias, Fermín, son de agradecer tus escritos y este 'me parto de la risa', aunque al final quedo triste por el 'ganao' que nos han metido.
Un abrazo
Gracias por sacarnos una sonrisa de donde sería imposible hacerlo...
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