Los siglos asombrados cantarán la prodigiosa recuperación de
España. Los juglares loarán las
gestas del General Mariano y su ejército inasequible al desánimo. El pueblo agradecido llorará de emoción
y agradecimiento:
Don Cristóbal, prócer dinerario
Con franqueza abierta en su sonrisa,
de los cristales que alumbran sus ojos,
asoma del cuello de la camisa
ejemplo de bizarría y arrojo.
Vademécum de frente despejada
que protege el cerebro prodigioso
de cientos de malvadas estocadas,
de miles de mensajes insidiosos.
De voz profunda y de gesto adusto
cuando la ocasión torna en tormentosa,
cuando lamenta darnos un disgusto,
es tan dulce, suave y respetuosa
que, hasta yo, en ocasiones me
asusto
al oír sus propuestas generosas.
Don Alberto de la mano firme
Quedan pocos de estos caballeros;
no duda en cabalgar miles de
millas
si alguien débil sufre en sus
cueros
la injusticia de la vuelta a la
tortilla.
Siempre avanza en la senda del
progreso
sean molinos o gigantes los
felones,
contra mitras o los sables más
aviesos,
se bate con la furia de mil
leones.
Nadie piense que esas cejas
generosas
dificultan mantener el ojo
abierto
jamás se distraerá con esas cosas
que confunden la falacia con lo
cierto.
Nunca existan las palabras
vanidosas
que perturben la humildad de don
Alberto.
1 comentario:
BRAVOOOOO!!!!!
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