Hay quien pueda pensar que, tras el aumento de las sanciones
administrativas que contempla el anteproyecto de la nueva Ley de Seguridad
Ciudadana, existe un cierto afán recaudatorio. No lo creo. La
explicación que más me convence es la del efecto disuasorio que, cualquier
multa de 1.000 €, tiene en las personas con pocos recursos que participan en movilizaciones de
protesta.
A mi juicio, Rajoy da por perdidas las elecciones europeas
pero tiene el ojo puesto en 2015, año de las elecciones Municipales y
Autonómicas y, quién sabe, también de las Generales. La estrategia es tan simple como efectiva:
Unos titubeantes experimentos, protagonizados por el “Osado
Montoro”, de contar, difundir, publicitar, en definitiva, vender unos éxitos
infinitesimales en materia económica que nadie percibe, han debido dar
resultados que satisfagan a los muñidores del Plan de Ruta y, como en todo lo
que hacen, se han puesto a la tarea con denuedo.
Solo hay un contrapunto eficaz al oropel ministerial: La
protesta ciudadana. Si se aprueba
una normativa que contemple un grave perjuicio económico a quien proteste y,
además, se deja su aplicación e imposición de sanciones en manos del “factor
humano” que representa la subjetividad policial, probablemente quede descafeinada
la virulencia de estas movilizaciones y, por ende, el reflejo de éstas en los
medios de comunicación. Las
reclamaciones judiciales quedarán minimizadas por las brutales tasas en vigor
y, en caso de reclamarse, para cuando los juzgados se expresen ya habrán pasado
las elecciones.
Debo reconocer que, según las encuestas publicadas, el
hipotético descalabro electoral del Partido Popular no es tal. En las elecciones de hace dos años, la
candidatura encabezada por Rajoy, apenas sumó un 10 % de votos por encima de su
media y su desoladora mayoría no lo fue tanto por méritos propios como por
deméritos ajenos. Recuperar su
cifra media de adeptos sería fácil en cuanto transmitan una imagen de férrea
firmeza (que tanto gusta al votante de derechas) y sepan difundirlo en un
soporte publicitario adecuado (que tanto gusta al votante de derechas). Un aderezo compuesto por la
criminalización de los “colectivos protestotes”, unas gotas legislativas al
gusto de su público (aborto, endurecimiento de penas, etc.) más la añorada
bajada de impuestos y ya tendrán recuperado su ejército electoral.
La debacle de 2011 no obedeció a una subida de la derecha
sino a un costalazo descomunal del partido socialista que, al paso que van,
llegarán a 2015 y seguirán mirando el dedo. Siguen en la equivocada convicción de que su recuperación
llegará con caras nuevas y palabras gastadas (puro marketing) dejando las
actitudes y las acciones en manos de otros porque, a veces, en la calle hace
frío, a veces, en la calle hace calor…
PD: ¿Son imaginaciones mías o la nueva Ley de Seguridad
Ciudadana privatiza determinadas competencias como identificación y detención,
que pone en manos de la Seguridad Privada? Pues, con todos los respetos a los vigilantes privados, es
una medida que, quizá abarate algo, pero deja asuntos delicados en una manos
potencialmente arbitrarias, sin la formación, la obligación y el compromiso
adecuado, que no generan ninguna confianza.
1 comentario:
Y después de este despropósito fascistoide ¿alguien en su sano juicio puede pensar que vivimos en una democracia? http://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2013/10/de-verdad-espana-es-una-verdadera.html
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