Desde que el, todavía, Director de la Guardia Civil, Arsenio
Fernández de Mesa, amenazó con querellas sin fin a todo aquel que osara
contradecir su versión de los gravísimos hechos ocurridos en Ceuta, que han
costado la vida a 15 inmigrantes; sus servicios jurídicos deben estar
trabajando a toda máquina. Su
airada reacción iba dirigida, sobre todo, a esos entes depravados, alejados de
toda ética, que conocemos como ONGs y, como no, al perejil de todas las salsas,
los medios de comunicación; pero no le ha salido bien del todo.
El ámbito internacional que nos rodea, Europa y EEUU sobre
todo, no dejan de reflejar la injusticia, trufada de crueldad, de la actuación
de la Guardia Civil en la parte española del espigón ceutí y, con perpleja
rotundidad, exigen explicaciones creíbles, depuración de responsabilidades y
que jamás vuelva a producirse un hecho parecido. No tenemos noticias, aún, del número de querellas
interpuestas o por interponer que, sin duda, van a generar unos jugosos
ingresos para las magras arcas del Estado.
Conocemos al señor Fernández de Mesa por su determinación,
siendo Delegado del Gobierno en Galicia, en alejar, del modo que fuese, el
agonizante Prestige de las costas gallegas y, de aquellos polvos, vinieron
miles de toneladas de chapapote que llevaron a un pringoso fundido en negro
todas las playas y acantilados atlánticos y cantábricos. De sobra son conocidas las mentiras que
contaminaron ese caso y la impunidad de que han gozado sus (i)responsables
autores.
Convendría estudiar la fijación enfermiza del, aún, Director
de la Guardia Civil por alejar de la costa, como sea, cualquier persona, animal
o cosa que considere amenazante e, igual que alejó el barco, ahora ha
pretendido alejar seres humanos mediante el empleo de los recursos que fueran
necesarios. Si bien, el saldo del
fiasco del Prestige supuso un enorme dispendio en los recursos empleados para
tratar de corregir sus desastrosas consecuencias para el medio ambiente, este
caso es infinitamente más grave desde el momento en que ha costado vidas
humanas.
El Libro de Estilo de este Gobierno dicta la recurrencia a
la mentira para afrontar cualquier contratiempo o mala decisión, este caso no
iba a ser una excepción y, desde que se conoció la noticia, se han sucedido
diferentes versiones en la que, cada una, desmentía la anterior que, a su vez,
han sido refutadas por testimonios indiscutibles que han puesto contra la pared
al Director de la Guardia Civil, al delegado del Gobierno en Ceuta y, de
momento, al Ministro del Interior que, en una sonrojante comparecencia
parlamentaria, ha quedado a la intemperie en el centro de una ciclogénesis de
verdades soslayadas con contumacia.
Existe una convención de derechos humanos, suscrita por
España, que determina el trato que debe dispensarse a cualquier ser humano y
que comienza por el respeto a su vida como primera premisa. Un graffiti, en una pared de la ciudad
de Ceuta, resume de manera descarnada la hipocresía que “adorna” a nuestro
Gobierno y su caterva de furibundos e inhumanos seguidores: En Ceuta ¿Dónde
están los “provida”?
7 comentarios:
Un artículo para enmarcar.
Una vez mas ; cheapeau Fermín fiel reflejo de la triste y dura realidad que acontece
¡¡Tan solo la omisión al deber de auxilio es ya un escándalo!!
¡Excelente artículo, Fermín!
Excelente, como siempre Fermín. Sabemos que no se depurarán responsabilidades, que no habrá dimisiones... Otra triste noticia más, que deja en juicio la capacidad de reacción del pueblo español, que sigue sin pedir responsabilidades al gobierno que votó. En unos días serán lvidados, muertos y enterrados, y seguirán los provida con sus campañas y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, aporreando, deteneiendo y encarcelando ciudadanos. Y todos calladitos....
S y R
Muy bueno, como dice J.Marcos, para enmarcarlo.Aquí todavía está muy presente "Usted no sabe con quien está hablando"y algunos colectivos lo llevan grabado en el inconsciente y a la mínima ¡zas! les sale #MarcaEspaña
Realmente bueno. Felicidades.
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