Queridos Reyes Magos:
Este año he sido muy bueno y, como hombre previsible que
soy, he hecho todo lo que me propuse, siempre desde la sensatez y el sentido
común. No ha sido un año fácil,
aunque sabía que los enemigos de España no iban a parar de meter palos en las
ruedas, poco a poco he conseguido que la recuperación económica sea un hecho.
El caso es que hay una potente conspiración contra mi
persona: Más de cinco millones de
españoles han decidido que no quieren trabajar y mira que se lo he puesto fácil;
tenemos preparados contratos de una hora, de dos, de días, meses, incluso de un
año pero nada, no hay manera, no les da la gana y así es muy complicado
levantar un país. Los empresarios
me han dicho que hacen lo que pueden y, como son gente seria y de orden, yo les
creo aunque sospecho que, si a esos parados les ofrecieran algo más que un
platito de garbanzos, a lo mejor se animaban.
Tuve que romper la hucha de la abuela pero sabéis que lo he
hecho sin mala fe. Resulta que a
los viejos les ha dado por no morirse y cobrar su pensión hasta el último
día. Dime tú para qué quiere el
dinero un hombre de 80 años si come como un pajarito y las medicinas le salen
por ocho euros de nada, para caprichos y viajes a Benidorm. Ya sé que chochean pero me parten el
presupuesto por la mitad.
Luego están los aguafiestas de siempre, que si quieren tener
escuelas públicas y con maestros (cuando todo el mundo sabe que, de toda la
vida, se ha presumido de ir a colegio de pago), que si siguen con la matraca de
la sanidad porque se han cerrado unos miles de camas de nada, que ya me lo dice
Viri: Si quieren dormir que se
vayan a su casa. Que esa es otra,
con la cantidad de casas vacías que hay y la gente empeñada en vivir en la
calle. Ahora han salido con el
rollo de los enfermos de hepatitis ¿sabéis el dineral que cuestan esas
medicinas? Si le hago caso voy a tener que renunciar hasta al güisqui del avión
oficial y, eso sí que no, que estoy muy tenso.
En fin, no os voy a aburrir con mis penurias que sé que
tenéis mucho trabajo. Para este
año solo os pido unas relucientes urnas y que vengan llenas de papeletas del
Partido Popular pero que no se note, que, desde que les ha dado por investigar
a mis amigos que las llenaban, no sé cómo lo vamos a hacer.
Con todo mi cariño y agradecimiento,
Mariano
P.D.: Muchas
gracias por el carbón del año pasado, podría decir que lo apreté muy fuerte
contra mi corazón y lo convertí en un diamante, pero sería mentira. Se lo regalé a las eléctricas y, si
vienen mal dadas, ya tengo un refugio calentito donde cobijarme.
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