domingo, 18 de enero de 2015

Un Partido Popular inmaculado


Se encienden los focos, suena música de violines y metales in crescendo que, después, va bajando su volumen gradualmente mientras Dolores de Cospedal, de blanco inmaculado a juego con su sonrisa, se aproxima al atril transparente solo decorado por una discreta gaviota que parece volar hacia el cielo abierto… 

La Audiencia Nacional pedirá 300 años de cárcel para diferentes encausados por la trama Gürtel pero, ¡oh, milagro! no ha ninguna acusación concreta para el Partido Popular.  ¿Seguro que no la hay?

El auto constata, acusaciones personales al margen, que el Partido Popular tejió una trama oculta para amasar, en la denominada “Caja B”, una cantidad considerable de dinero negro procedente de “donaciones” efectuadas por empresas que, casualmente, eran o serían adjudicatarias de concesiones o contratos con distintas administraciones con un denominador común, todas regidas por el Partido Popular.  Aparte de estas “donaciones”, la trama tenía ¿tiene? tentáculos que alcanzan toda la geografía nacional y, dejando un lado Gürtel, se alimenta con sustanciosas comisiones que alcanzan un jugoso porcentaje de cada obra, servicio o suministro contratado con el voraz y cómplice empresario de turno.

Hay fundadas sospechas que determinan que TODOS los tesoreros que ha tenido el Partido Popular, han participado activamente en este trasvase de fondos públicos a sus arcas privadas y, los groseros patrimonios que han ido reuniendo, responden a la percepción de unas comisiones sobre el montante que reunían ilegalmente.  Así mismo, los altos dirigentes del partido y, en menor medida, el resto del escalafón, percibieron sobresueldos ocultos a Hacienda, mediante sobres con un dinero en efectivo tasado de antemano.  Ese dinero, extraído periódicamente de la bien nutrida “Caja B”, procedía de esas comisiones o “donaciones”, luego se trataba de dinero público trasvasado a manos privadas en un ejercicio de birli-birloque contable, luego no sería descabellado acusar a los beneficiarios de estos sobresueldos de robar al Estado.

Esa “Caja B” sin fin, fue la fuente que manaba chorros de dinero para pagar sedes del partido, obras de remodelación, regalos, caprichos, viajes de lujo y, sobre todo, actos y campañas electorales a todo trapo que, en buena lógica, deberían ser constitutivos de delito electoral, dado que el Partido Popular acudió “dopado” y, esos recursos inagotables, le permitieron llegar a más ciudadanos que el resto, comprar voluntades y, a veces es sinónimo, disfrutar de una bonanza mediática sin parangón en periódicos, radios y televisiones de ámbito local, regional y nacional.

Pero, salvo la fruslería de la “Caja B”, el Partido Popular no está acusado de nada.

… Dolores de Cospedal apoyó sus manos en los laterales del atril, con un gesto instintivo, colocó ambos micrófonos a la altura adecuada, cogió aire y con la primera sílaba de su discurso brotó una carcajada estentórea e incontenible que vació sus pulmones de aire y llenó sus ojos de lágrimas.


Así se escribe la Historia.

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