Mañana del 6 de enero, los ojos de los niños,
abiertos de par en par, no saben dónde mirar y qué regalo abrir primero:
Mariano
Rajoy: Con precisión de relojero va despegando uno a
uno todos los pliegues del papel gris que envuelve un Plasma de última
generación en 3D, para dar más realismo a sus comparecencias públicas, dotado de instant replay para las preguntas ya contestadas.
Un segundo paquete (para eso es el
Presidente), contiene un Lego de renovado diseño, con el mapa de España, para
que aprenda a resolver sus dificultades a la hora de encajar Cataluña.
Soraya
S. de Santamaría: Tras desayunar su primer Red Bull
del día, la vicepresidenta contempla un par de segundos, antes de ponerlo en
marcha, su nuevo Robot Multifunción que le será de gran ayuda en sus numerosos cometidos. Atención al “Modo Thermomix” que cocina sin esfuerzo todo tipo de
encuestas.
Cristóbal Montoro: Bajo una aparatoso envoltorio en papel de
colores, con la palabra “RECUPERACIÓN” escrita en todos los idiomas conocidos,
se oculta una masa con la forma, el color, la textura y el aroma de una copiosa
deposición.
Luis de
Guindos: La novedosa aplicación I+D (Inversión +
Deuda); mediante un ingenioso programa, pone del revés cualquier gráfico y
convierte una deuda de un billón de euros en un superávit de dimensiones
cósmicas.
Fátima Báñez:
El Armario de la Virgen del Rocío. Incluye
indumentaria apropiada para cualquier trabajo actual: Delantal, cofia, bandeja
y bayeta, cubo, mocho de fregona y un sin fin de complementos que harán la
delicia de cualquier desempleado sin prestaciones.
Fernández
Díaz: Un kit completo del “Pequeño Antidisturbios”.
Con su casco, escudo, porra, botas de patear, número de identificación oculto,
camión con cañón de agua y cilicio para esos íntimos momentos de
arrepentimiento.
García
Margallo: El Cojín Anatómico con suplemento
antihemorroides, para mayor comodidad en su sillón del Consejo de Seguridad de
la ONU.
Pedro
Morenés: Un hiper realista bodegón, pintado en
escenarios reales, repleto de bombas racimo y vísceras diseminadas por el
paisaje. Una auténtica obra de arte que otorgará distinción a las sobrias
paredes de su despacho.
J.
Manuel Soria: Un volumen, encuadernado en piel de lujo,
de la célebre “Guía del fracking para torpes”. Incluye un laboratorio portátil
de análisis de contaminación de acuíferos y un sismógrafo de bolsillo. Todo un
capricho complementado por una colección de trompetillas y matasuegras en vivos
colores, por cortesía de las empresas eléctricas y petroleras.
Alfonso
Alonso:
El moderno Abridor Digital con funciones específicas para Abrir camas
cerradas en hospitales, Abrir la negociación con los profesionales sanitarios o
Abrir una ventana de humanidad (y presupuestos) a los enfermos de hepatitis C.
Ana
Pastor: El Scalextric más moderno del mercado con todo
lujo de detalles; sus pistas mal señalizadas y llenas de agujeros que, con
puentes o túneles deficientes, atraviesan vías recorridas por trenes AVE a gran
velocidad.
García
Tejerina: Una caja de sprays fosforescentes para
dotar a su figura y ministerio de la visibilidad de que carece.
J. I.
Wert: Un estudiante hinchable que se deje abrazar y
saludar en entregas de diplomas y su version senior, un artista/intelectual
consagrado que acepte de buen grado los premios concedidos.
Rafael
Catalá: Una curiosa Figura de Art Nouveau de la
Justicia, en bronce pulido, donde se la ve apoyada en una esquina con ligueros
y corpiño, sujetando una larga pipa de cigarrillo con la mano donde portaba la
espada.
También han tenido un detalle con un amigo y una amiga que estaban de visita:
Pequeño
Nicolás: El complemento de moda, un palo para hacer
selfies.
Mariló
Montero: Tras el fiasco del año pasado: Devolvió el
Cubo de Rubik porque apenas cabía agua, sus Majestades de Oriente se han
decantado por un puzzle de 12 piezas que la tendrá entretenida varios meses.
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