Algún amigo pepero, que también los tengo, me recrimina, nos
recrimina, que desde la izquierda pensamos que, a la gente del Partido Popular,
no le preocupa la cifra de desempleo y no tengo más remedio que darle la razón.
Salvo honrosas excepciones, que también las hay, al Partido
Popular sí le preocupa la cifra de desempleo pero solo eso, la cifra. ¿Por qué? Porque empaña las “impolutas”
estadísticas macro económicas que lucen sin sonrojo; porque nos acercamos a varias convocatorias electorales y, a
duras penas, van a conseguir dejar el número de parados exactamente igual que
el que encontraron al llegar al poder; porque son cuatro millones y medio de
votantes que les van a hacer un corte de mangas y porque, aunque cada vez en
menor medida, suponen un dineral en prestaciones en una partida de la que no
pueden sacar tajada.
A la gente de izquierda (generalizando para no hacer pupa),
nos preocupan las cifras pero no solo las cifras. Detrás de cada persona desempleada hay un drama vital,
personal y familiar; hay un marcado sentimiento de frustración que aumenta
exponencialmente a medida que pasa el tiempo y no encuentra un puesto de
trabajo; hay personas que dependen de cada uno, que no pueden hacer frente a
las necesidades más básicas: o pagas la hipoteca, la energía (inexplicablemente
cara) y demás gastos doméstico ineludibles o comes, las dos cosas a la vez no
se pueden afrontar; hay un peligro cierto de verse desposeído de todo lo
logrado durante años de esfuerzo porque, ante el dilema de pagar la hipoteca o
dar de comer a su familia, la elección está clara y porque, si tras muchos
kilómetros pateados, encuentra algo, es en una situación de precariedad
ventajista cercana a la esclavitud por unos emolumentos que no paliarán su
situación de pobreza.
De modo que, amigos de toda condición, ideología y pelaje,
no olvidemos jamás que detrás de cada número, de cada cifra, de cada
estadística y de cada porcentaje hay PERSONAS con cara, nombre, apellidos y
familia y hay que atenderlas como tales.
El Estado tiene medios para hacer más llevadera su vida, dispone de
recursos para dulcificar sus obligaciones financieras y puede y debe legislar
para mejorar las condiciones laborales a las que puedan acceder. Hasta la fecha, nuestros gobernantes
han optado por alternativas diametralmente contrarias y no me extraña que estén
preocupados por los resultados electorales. Si se hubieran preocupado del bienestar de las personas otro
gallo les cantaría aunque, ahora que lo pienso, no serían de derechas.
4 comentarios:
Esto se ha convertido de verdad en un "Sálvese quién pueda" para "buscarse la vida"... de verdad, quién espere que sea desde el estado, que conduzca sus riendas el PP o PABLEMOS, me da igual... casi casi, se me merece lo que le pueda ocurrir ¡Espabila!
Las personas para el PP no existen, porque muchos de los que encuentran trabajo trabajan en tan malas condiciones que no les deja vivir dignamente
La gente de derechas también se preocupa por los demás, pero solo por los que pertenecen a su círculo familiar o de relaciones.
Lo escribí aunque me quedó un poco complicado aquí.
Diego Buendia, creo que hoy en día hablar de derecha y de izquierdas cuando estamos en una globalización de los mercados. Donde el margen para actuar que tiene un partido y otro es muy pequeña, ya no tiene razón de ser. Ahí tienes a Podemos hablando de la casta y ahora apoya con sus votos en Andalucía a un partido con imputados en sus filas sentados de Senadores. La diferencia a mi entender es que se dedique mas o menos a la dependencia y ayudas sociales. Pero todo dentro de los margenes marcados por los que realmente mandan... poderoso caballero es don dinero.
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