domingo, 17 de enero de 2016

De “PIJO” a “PIOJO” sólo hay una “O”


Si se concediera, que lo ignoro, un premio al “Bocazas de la Semana” pocos dudarían que se lo llevaría de calle nuestra admirada Celia Villalobos.  Es más, si, como en la Champions League, su pudiera obtener este trofeo en propiedad logrando 5 consecutivos o 10 alternos, esta mujer debiera tener una estantería en exclusiva para colocar todos los logrados en su dilatada trayectoria política.  El que nos ocupa se refiere a sus polémicas y “bienintencionadas” declaraciones sobre la hipotética limpieza de las rastas que adornan la cabeza de un diputado y la presencia o no de piojos en ellas.  Para ayudarnos, tiraremos de taxonomía y ordenaremos, en el ámbito político, la limpieza o ausencia de ella, de mayor a menor, con claros ejemplos prácticos que nos ilustren en su uso (con permiso de la Ley Mordaza, claro):

Esterilizado: Objeto al que se le aplicado un tratamiento extremo con el fin de destruir cualquier microorganismo que pudiera contener y contaminar.
Es complicado encontrar ejemplos en política con este nivel de limpieza. Subjetivamente, abundan los representantes de la “pureza extrema” en cada facción ideológica cuyo fin en sí mismos es ser la salvaguarda de las ideas sin contaminación alguna.  Objetivamente, solo son cuñados con ínfulas, por lo tanto, no existen.

Impecable: Que está absolutamente limpio y en buen estado, resultando agradable y bello.
Aplicado con generosidad, podría decirse de todos los líderes políticos para sus seguidores más ciegos: Están dotados de todas las virtudes sin dejar sitio a mancha o imperfección alguna.  Lo malo es que, de tanto oírlo, algunos personajes se lo creen y tienen el listón tan alto que, una simple multa de tráfico puede terminar con su carrera.  Los que presumen de este estatus no suelen pasar un simple examen rascando con la uña en su superficie. Ejemplo: Cualquier líder de partido emergente.

Limpio: Que no tiene mancha o suciedad.
Sería el estado ideal para todo servidor público, no tener ningún hecho, comportamiento o circunstancia que empañe su labor.  Suele mirarse mucho la limpieza ajena, exigiendo responsabilidades al más mínimo indicio, descuidando sumamente la propia (o distrayendo la atención sobre ella).  La cultura política anglosajona tiene un funcionamiento muy aceptable: Puedes hacer lo que quieras pero debes someterte a escrutinio y, si te encuentran algo, dimisión inmediata. Los del sur somos más de esperar a salir esposados para que nos cesen.  Ejemplo: Si las cosas fueran como deben, los alrededor de 125.000 cargos públicos (algo menos de 50.000 con sueldo).  Nos consta fehacientemente que no es así, ni siquiera en el Congreso o Senado recién constituidos.

Aseado: Persona que observa un grado aceptable de limpieza y orden.
Esta es la categoría dónde deberían estar encuadradas todas las personas con algún tipo de vinculación política (con cargo o sin él).  Observamos la regla implacable del “Nadie es perfecto” pero si no hay delitos de por medio, aceptamos su participación y eso es bueno.  Ejemplo: Millones.

Pasable: Que puede darse por bueno aunque podría mejorarse.
Nos adentramos tímidamente en arenas movedizas. ¿Quién toma la decisión de dar algo por bueno o no? ¿En base a qué criterios? Esta categoría debería ser la más baja (y prescindible) en el ámbito político pero, lamentablemente, sólo está a mitad del ranking.  Ejemplo:  Todos y cada uno los que se acogen a la “presunción de inocencia” en cuanto el foco de posa sobre ellos.

Salpicado: Asunto reprobable o delictivo repercutido sobre una persona o entidad.
Teóricamente, nos encontramos claramente fuera del territorio habitado por servidores públicos y, en el momento que alguien percibe una salpicadura (para eso debe haberse hecho acreedor de ella), debe abandonarlo y esperar lo que dictamine la justicia.  En la práctica sólo lo vemos en las películas, cuando alguien lo ha hecho en la vida real, como mínimo ha sido calificado de gilipollas.  Ejemplo: Todos los cargos colaterales a redes tipo Púnica, Gürtel, EREs, etc.

Manchado: Que tiene manchas. Entendido como algo deshonroso o que produce desdoro.
Sirva este eufemismo para alejarnos del camino que debe transitar cualquier ciudadano y adentrarnos en dominios reservados al código penal.  Ejemplo: Para el Partido Popular sólo son unos 3.500 casos aislados pero no se escapa ninguna organización política, NINGUNA. 

Sucio: Contrario a la legalidad o la ética.
Son fácilmente reconocibles porque, cuando se les nombra cualquiera de estos conceptos (legalidad o ética) deben proceder a administrarse un antihistamínico inmediatamente, o pondrán en peligro su vida.  Ejemplo: Todos aquellos que han pasado a denominarse: “Ese ………. del que usted me habla”

Guarro: Extremadamente sucio en su comportamiento.
Probablemente existan personas con más hechos achacables en materia delictiva pero, como un elemento propio, esta categoría se adorna con actitudes barriobajeras, groseras e indecorosas que hacen la delicia de las portadas de los periódicos.  En muchas ocasiones son la “cabeza de turco” que sacrifican con gran escándalo para salvar estamentos más altos. Ejemplo: En cárceles y juzgados, hay para elegir de todos los gustos y colores.

Putrefacto: Que está descompuesto o podrido por la acción de diversos factores.
Son personajillos que arrastran sus miserias por el mundo contaminando todo lo que tocan ya sea persona, institución o hecho.  Aunque su destino natural es la cárcel, algunos profesionales resaltan sus problemas mentales como candidatos a una reclusión permanente en una institución de salud mental.  Ejemplo:  ¡Exacto! Lo has clavado…

Esperemos que nuestra admirada Celia Villalobos disponga de elementos de juicio para poder encuadrar a cada quién en la categoría que corresponda, incluyéndose a sí misma y los suyos.

Recuerda, querida amiga, de “PIJO” a “PIOJO” sólo hay una “O




3 comentarios:

PACO LUIS JIMENEZ dijo...

Buenos días, entonces quien tiene agresiones a la Policia Nacional, los que han sido dirigentes de ETA, los que tienen a sus espaldas abusos a menores de 3-4 años? Tú crees que deben de ser señores representantes del pueblo en alguna de las Cámaras legislativas. De antemano presupongo que los corruptos no. Pero y los otros? Y los que quieren terminar con el sistema pero lo utilizan para vivir de el. Los que no respetan las leyes y la Constitución, los las que van enseñando las tetas por balcones y capillas y se auto definen feminazis, bolleras, camioneras ....y otras lindezas, y los que insultan y menospreciaron públicamente a las fuerzas de seguridad del Estado, a las víctima de de Eta, a los que murieron en los hornos crematorios, a todos esos donde los encuadras????

Fermín dijo...

Hola, Paco, como sueles leerme conoces que no tengo costumbre de responder a los comentarios salvo que se me requiera expresamente como es tu caso hoy: He hecho mención colateral de casos de corrupción pero me he referido de modo explícito a delitos tipificados como tales en el Código Penal, sean los que sean. Otra cosa es que se incluyan como tales lo que no es otra cosa que expresiones que pueden desagradar a otros (lo de la capilla no me parece ningún delito, si acaso un anacronismo que haya una capilla en una universidad pública). Espero haber resuelto tus dudas.

Buen día

Anónimo dijo...

No tiene mucho sentido que haya capillas en la Complu, pero se puede protestar de otra manera.¿A QUE NO VAN A ENSEÑAR LAS TETAS A LA MEZQUITA DE LA M30?.
Tampoco tendría que haber profesores trabajando , en sus ratos libres, para gobiernos dictatoriales.