En ese extraño afán, que tienen los gobernantes, de estampar
una firma al pie de una ley que les garantice un sitio en la posteridad, el
Ministro de Educación más maleducado de nuestra historia reciente ya ha perpetrado
su ley. Con sonrisa lobuna y ademanes
altaneros, saludó desde su escaño con la satisfacción del deber cumplido pero
¿Qué deber era ese?
La LOGSE, ley de educación meliflua que nunca terminó de
convencerme, ya nació tocada del ala y, era cuestión de tiempo, que se
reformara corrigiendo los errores que la lastraban. El tratamiento que la citada ley socialista daba a la religión y
a otros temas de índole política la puso en el centro de la diana de los dardos
envenenados de la Conferencia Episcopal y, cómo no, de su alter ego, el Partido
Popular.
Como dicta la Ley de Leyes, la Constitución de 1978, España
es un país aconfesional y, en consecuencia, ninguna confesión religiosa tiene
carácter oficial y, mucho menos, debe ser impartida de modo obligatorio en los
centros educativos de titularidad pública.
Las creencias religiosas forman parte de la esfera privada del
individuo, quien decidirá libremente si quiere o no seguir tal o cual credo,
todos, ninguno o, incluso, crear uno propio.
Debería ser constitutiva de delito la manipulación maliciosa y
subyugante que, la Religión Católica y las demás conocidas, ejercen sobre la
mente abierta de nuestras criaturas a todo conocimiento, sea verdadero o falso.
La Educación es el arma más poderosa que tiene un estado
para crecer, avanzar, modernizarse y evolucionar en sintonía con sus ciudadanos
y el mundo que le rodea. Para lograrlo
es imprescindible el acceso universal, en igualdad de condiciones, con
independencia de su nivel económico o cualquier otro factor, de todas las
personas en todas las fases de su vida.
El sistema público de becas debe garantizar el anterior
criterio, cumpliendo el papel de elemento compensador para garantizar el acceso
a libros, transporte, comedor, matrícula, tasas y alojamiento, cuando la
ocasión lo requiera, de modo que NINGÚN ciudadano tenga que renunciar a unos
estudios de calidad solo por el hecho de no poder pagarlos. La denostada LOMCE, con la peregrina excusa
de una pretendida “excelencia” que solo ellos ven, cumple la nefasta paradoja
de aumentar la cantidad destinada a becas en los PGE reduciendo de manera
importante, el número de alumnos que puedan acceder a ellas.
Continúa imparable el plan milimétrico diseñado para el
desguace acelerado del Estado del Bienestar.
La Sanidad Pública camina a gran velocidad hacia el precipicio, las Pensiones en recesión con recochineo y los
Servicios Sociales han adquirido una preocupante semejanza con la caridad con
el vergonzoso agravio añadido del abandono cruel a su suerte de las personas
dependientes y, la tercera columna sobre la que se sostenía, la Educación
Pública, ha sufrido la inoculación de un poderoso virus que amenaza con la
inminente ruina del edificio.
Ya sentenció el ínclito Montoro: “Dejad que España caiga que
ya la levantaremos nosotros”. La
primera parte se está cumpliendo con precisión quirúrgica, la segunda ni está
ni se la espera...
2 comentarios:
del Estado del Bienestar apenas queda nada, la reconstruccion llevara tiempo, y habra que hacerlo sobre pilares mas fuertes, y blindando todo aquello que es esencial para ciudadano, Pensiones, Educacion, SANIDAD, DEPENDENCIA... Introduciendo reformas en Constitucion, donde se prohiba la privatizacion de servicios Publicos, donde se garantice todos los derechos a los ciudadanos, y donde se prohiba el uso partidista de estos Derechos para beneficio de unos pocos, extendiendo de nuevo la Universalidad de la Sanidad y Educacion
Cecilio, suscrito lo que has escrito. Sólo añadir que la recuperación del estado del bienestar será imposible con esta banda de ladrones traidores en las Instituciones. Sólo será posible destronando al PP y PSOE. ¿Seremos capaces?, el ciudadamos está totalmente alienado.
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