23F. Otra vez…

Como diría Punset, la intuición es el razonamiento del inconsciente y, al unir en mi mente la noticia de la cuenta suiza de Francisco Granados (uno de tantos) y los 33 años transcurridos desde el infausto 23F de Tejero y compañía, la intuición me dice que, no solo la situación es similar sino que, esta vez, van ganando.

Puede parecer un desvarío, no lo discuto, pero el escenario de aquella España de 1981, tras ocho años de una gravísima crisis económica arrastrada y agravada desde 1973, no difiere en exceso del actual:  Cierre de empresas asfixiadas, cifras de desempleo galopante, huida de grandes capitales a paraísos fiscales tras un desaforado expolio de lo público, corrupción más oculta que ahora pero igual de dañina y, los poderes financieros, viendo peligrar su dominio, alentando una regresión que blindase sus astronómicos beneficios, legales o no.

Aquel 23F, existía otro condicionante (afortunadamente ya no) que nutría generosamente el caldo de cultivo del golpismo:  Un ejército nostálgico del poder detentado durante el Franquismo que veía peligrar su estatus protagonista y una escalada salvaje de atentados de ETA que, semana a semana, cobraba sus víctimas por decenas.

A mi juicio, los militares fueron el actor necesario para revertir una democracia balbuceante que, además, amenazaba de manera cierta con una victoria en las urnas de un PSOE cuya actuación era una incógnita peligrosa para los uniformados.  Los poderes económicos no podían permitir que fraguara la escora a la izquierda que ya se había anunciado en las elecciones municipales del 79 y, desde entonces, anduvieron azuzando a los altos mandos del ejército con la necesidad imperiosa de derogar la Constitución del 78 para recuperar los “Principios Fundamentales del Movimiento”.  En vísperas del Golpe, tras algunos escarceos previos que sirvieron para evaluar la capacidad de respuesta y ver dónde se situaba cada quién, las maletas repletas de dinero volaban a Suiza a diario, incluidas algunas pertenecientes a militares de alto, altísimo, rango.  Afortunadamente, la situación geoestratégica de España y las presiones internacionales, convencieron a la CIA y sus aliados de lo inconveniente del Golpe.

Hoy, sin embargo, van venciendo.  Un ejército de estructura moderna, integrado en los organismos militares occidentales, dotado de juguetitos de última generación que se reponen anualmente, entretenido en misiones internacionales que distraen de tentaciones internas y ya sin la amenaza terrorista; no es necesario ni conveniente para revertir el orden democrático.  El golpe ha sido perpetrado por los uniformados de cuello blanco, sin disparar un solo tiro y con el beneplácito de los poderes financieros y sus “brazos armados”, denominados “Inteligencia”.

Poco a poco nos van despojando de los derechos adquiridos durante los últimos 30 años y todo apunta a que no pararán ahí, seguirán hasta que ellos quieran porque la reacción ciudadana, salvo excepciones, es timorata, localista y gremial.

Solo dos datos para terminar:  El expolio de las cuentas del Estado ha sido tal que, reduciendo drásticamente los servicios públicos, el crecimiento de la deuda pública se acerca al 100 % del PIB.  Algunas estimaciones valoran los fondos de origen español en paraísos fiscales en 4 veces el PIB nacional.  ¿Se ha salido con la suya o no?