Una vez soltado el freno de mano de las Elecciones Europeas
y con doce meses por delante hasta las autonómicas y municipales, Rajoy ha dado
la orden de levantarse del sofá y ponerse a la tarea, que para eso les pagamos.
Nuestro amado Presidente del Gobierno, que ya ha digerido el
tantarantán electoral, duda sobre el aspecto, olor y consistencia que deben
tener las deposiciones resultantes de tan pesada digestión. De una parte, sus capataces regionales y
municipales le reclaman una serie de medidas, de corte populista, que suavicen
un tanto las tenebrosas perspectivas que auguran un doloroso mayo de 2015; de
otra, más pronto que tarde, le van a pasar al cobro las deudas contraídas con
los poderosos colectivos, lobbyes o poderes fácticos, con cuyo apoyo se
mantiene en el poder sin demasiados sobresaltos. ¿A quién condenará, al partido o a él mismo? Sin duda alguna, a nosotros. Otra vez.
La batería de iniciativas legislativas que esperan
impacientes su tramitación, cuenta con el rechazo frontal de grupos
tradicionalmente “rojeras” como el Consejo de Estado, el poder judicial o el
Tribunal Constitucional; no obstante, si se prevén dictámenes en contrario, se
salta sobre ellos y a otra cosa.
Tanto los expertos acreditados como los órganos consultivos
o las encuestas que señalan el sentir popular, son partidarios de dejar como
está la Ley del Aborto, que ha demostrado su eficacia, constatada en unas
estadísticas que mantienen ocultas por razones obvias. ¿Por qué tanto empecinamiento? Ruin Gallardón empeñó su palabra con la,
económicamente poderosa, Iglesia Católica y, de aquellos polvos (con perdón),
vienen estos lodos.
La propuesta de Ley de Seguridad Ciudadana supone un
retroceso brutal en un asunto básico en cualquier democracia que se precie de
serlo: Las Libertades Ciudadanas. La
criminalización de cualquier tipo de protesta que supere la relevancia de un
susurro al oído del vecino, viene, además, sustentada en lo prescrito y proscrito
por la nueva norma que regularía un Poder Judicial, ya de uñas con las
elitistas Tasas y a la espera de un Código Penal que, por su toxicidad, será
necesario manejar con guantes. Otra vez
Ruin Gallardón.
La nueva ley que regula la administración en todos sus
escalones, ha sido recurrida por todas las fuerzas políticas, incluso del
propio Partido Popular pero hay mucho dinero en juego y los sobres no se llenan
solos.
El “amigo de todos los niños”, el FMI, ha puesto en la línea
de salida una nueva serie de recortes: Más grilletes en la Reforma Laboral,
subida descarada del IVA y bajada del de Sociedades, etc., que ya suenan a
canción gastada. Los ministros del área
económica dicen que no lo harán pero el Plan de Estabilidad, enviado a
Bruselas, dice lo contrario y abre la puerta, incluso, a una serie de copagos
sobre los que, el Tribunal Constitucional, se ha manifestado en contra.
Resumiendo, van a hacer lo que ya tienen previsto en su
famosa Hoja de Ruta pero nos seguirán bombardeando, desde los medios afines
(todos los grandes), con la cantinela de que no nos han tirado, es el suelo que
ha subido...
1 comentario:
Me gusta!!
Dicen,qué Si la herencia recibida,qué es lo que tocaba hacer.Mentira !! Sois unos mentirosos torticeros.
Podíais haber.hecho otras cosas,pero habeis hecho lo qué llebais en los genes.Gallardon,Hipócrita.
Mariano,se te be el plumero.
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