domingo, 11 de enero de 2015

La palabra de Rajoy



La poca o mucha credibilidad que pueda conservar la palabra del Presidente del Gobierno, quedó ayer fotografiada al comprometerse a que "Ningún ciudadano español al que un médico le prescriba cualquier medicamento se va a quedar sin ellos", declaración que enfatizó con un “se lo garantizo” que infundió esperanza a los cientos de miles de enfermos de hepatitis C que ven como su salud se va deteriorando día a día, existiendo un tratamiento eficaz que no se les ha administrado por su elevado precio.

Lo cierto es que, en los pasados 12 meses, han fallecido alrededor de 4.000 enfermos que, de haber sido tratados con los fármacos de última generación, hubieran sido curados. ¿Cuánto vale una vida humana para este Gobierno? ¿Cuál ha sido el coste de atender, tratar, ingresar, hacer pruebas y cuidar hasta su triste desenlace a cada una de estas personas? Probablemente mayor que los 50.000 euros estimados en cada tratamiento. Entonces, ¿se les ha dejado morir por un deleznable criterio economicista o se ha tratado más de un incomprensible empecinamiento para no dar su brazo a torcer? 4.000 familias rotas sospechan que la respuesta es la segunda aunque, presos de dolor, indignación e impotencia, han visto apagarse la vida insustituible de sus seres queridos mientras las teóricas autoridades sanitarias miraban para otro lado. ¿Qué figura penal les sería de aplicación: dejación de funciones, omisión dolosa de socorro, negligencia grave con resultado de muerte, …? No lo sé, de lo que no tengo duda es que, lo que para unos no es más que una triste estadística, para los afectados ha supuesto un asesinato.

El compromiso adquirido por el Presidente del Gobierno ha sonado a música celestial en los oídos de los más de 30.000 enfermos cuya gravedad requiere una administración inmediata de estas medicinas y, después de resolver la urgencia, poco a poco, ir tratando a todos los afectados hasta lograr su completa curación. Nos tienen acostumbrados a sus permanentes mentiras y demostraciones de miopía, cortoplacismo raquítico, demagogia y grandes palabras para acciones miserables; esperemos que, por una vez, no se trate de otro truco de vendedor de crecepelo y los tratamientos comiencen de inmediato sin maniobras dilatorias o letra pequeña inconfesable; de lo contrario, el gobierno en pleno, con su presidente a la cabeza, no encontrarán alcantarilla donde esconderse.

Un amigo, enfermo de hepatitis C, me confesaba hace unas semanas que su situación era la de “un niño que muere de hambre en una acera mientras mira por la ventana de un restaurante de lujo”. Ahora, el propietario dice que va a abrir las puertas y preparar las mesas, esperemos que sea cierto.

Más que nunca: Salud, amigos.









4 comentarios:

Carmen Repesa dijo...

Me quedo con la metáfora del final. Dolorosa pero definitiva. Saludos.

Anónimo dijo...

Bien bien, la demagogia sigue al alza al parecer. Es IMPOSIBLE suministrar gratuítamente fármacos continuamente y de forma gratuíta a 30.000 personas. No hay un solo país del mundo que pueda permitirse semejante derroche sin menoscabar en otros aspectos de la vida pública (o podemos dejar de pagar a los basureros, por ejemplo).

No sé quién será este tal Fermín, pero tiene un escaso conocimiento de como funciona cualquier Estado. Más aún cuando el sector farmaceútico en este país ha estado en crisis y "regalando" medicamentos bajo la promesa de un futuro pago, que se está realizando a trompicones, sencillamente PORQUE NO HAY DINERO.

La rabia mal enfocada ha llevado a cosas como rl nazismo...

En fin, triste la realidad intelectual de este país.

Saludos de un humilde trabajador del sector médico.

Pd: leer y viajar te ayudará mucho.

Fermín dijo...

Muchas gracias, amigo anónimo ¿eras tú el soldado desconocido?
Como dijo el Dr. Frankenstein, vayamos por partes:
30.000 enfermos graves x 50.000 euros el tratamiento (lo del precio es de traca)= 1.500.000.000. Mil quinientos millones de euros para salvar 30.000 vidas. Siguiendo tu argumentación, mesurada y respetuosa, es un gasto inasumible para un país que, sin embargo, ha dado a Bankia 23.000 millones a fondo perdido.
Como de lo dejar de pagar a los basureros ya se ocupan sus propias empresas sin ayuda de nadie, sugiero que te ocupes, quizá, de los profesionales sanitarios cuyas plazas (no sé si la tuya entre ellas)van desapareciendo a gran velocidad.

Recibe un saludo cordial de alguien leído y viajado.

Fermín Álvarez de Luna

Jose (sin tilde) dijo...

Muy gracioso el "anónimo" que acusa de demagogia siendo más demagogo que nadie con argumentos propios de la Cospedal.
Desgraciadamente ya están retrasando el tratamiento con excusas de mal pagador.
Como siempre, vas a tener razón.