Una asesoría verbal podría consistir, aproximadamente, en
esto:
-Hola, Vicente, qué te cuentas
-Poca cosa. ¿Quieres tomar algo?
-Va, un gin tonic pero sin gilipolleces, solamente ginebra,
hielo y tónica.
-Cómo se nota que te gusta lo clásico. Me tomaré yo otro… Vaya viento que se ha levantado.
-¿Cómo dices?
-Viento… levantado…
-Ah, vale. Sí,
levantaremos un parque eólico.
-¡Ese es mi chico!
Si atendemos a las explicaciones que no explican nada, dadas
por Martínez Pujalte y Federico Trillo, sobre el motivo para que la empresa
vallisoletana Collosa les abonase 429.000 euros, ingresados en sus respectivas
consultorías, y en el amparo concedido por el Congreso de los Diputados para
permitir saltarse la dedicación exclusiva de sus miembros, contemplada en la
ley; volveríamos a creer en los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez y en la
honradez del Partido Popular.
Destaca el hecho de la “asesoría verbal”, que no es otra
cosa que un eufemismo más para disimular la opacidad de su intervención ya que
no hay documentos de ninguna clase que determinen el sentido de esta ni los
conceptos por los que se ha percibido el dinero.
Todo sería muy bonito y muy legal salvo por algún pequeño
detalle: Ambos pertenecen al
órgano legislativo del Estado por el que pasan, obligatoriamente, todas las
leyes que se aprueban en este país, la autorización para compatibilizar
trabajos privados con el cargo público, se circunscribe precisamente a lo
privado, quedando expresamente fuera de ella, toda aquella intervención relacionada
con concesiones, gestiones, construcciones o adjudicaciones públicas porque
pueden ensuciar la labor del legislador y pervertir la preceptiva lealtad
institucional. De modo que,
asumida por todos la ausencia de ética en esta “asesoría” a una empresa que
levantó los parques eólicos en Castilla-León, en suelo público y por
adjudicación pública; la cacareada legalidad del caso queda seriamente
comprometida.
Llama la atención, como en otros muchos asuntos, la reacción
defensiva inmediata de sus compañeros de bancada, con el portavoz a la cabeza,
exigiendo una relajación del régimen, ya laxo, de incompatibilidades del
Congreso y, tampoco debería extrañarnos, una vez que los juzgados se interesen
por el asunto y emprendan acciones contra los implicados, que estos dos
destacados miembros de la historia del Partido Popular, pasen a engrosar las ya
nutridas filas del “ese señor al que usted se refiere”.
Habría que estudiar a fondo si, para ser dirigente del PP,
es necesario estar relacionado con asuntos turbios o si es su pertenencia a la
cúpula del partido la que les confiere esa capacidad protodelictiva que el
tiempo se encarga de desarrollar.
Lo que va quedando cada día más claro, es que ha dejado de ser una
excepción y, poniendo sobre la mesa (una gran mesa) todos los casos conocidos y
los que quedan por conocer, no estaría de más hacer una lectura del espíritu de
la Ley de Partidos, en base al daño irreparable causado a la sociedad, y
estudiar si procede la ilegalización del Partido Popular.
En política, como en los demás aspectos de la vida, la Ética
y la Legalidad son los dos raíles paralelos por los que transitan nuestras
actuaciones públicas y privadas y en el momento en el que se separan, el tren,
inevitablemente, descarrila.
3 comentarios:
En la politica española nada es etico....y si es legal es porque ellos hacen "sus"leyes...
Debo de ser muy tonto, yo por las "consultorías verbales" solo cobro las cañas a las que me invitan...
Lo de estos peperos es calderilla si lo comparamos con lo de no es ético pero es legal de un reyezuelo de getafe que acuño la famosa frase.pero claro tu de eso no opinas aunque haya muchos cientos de de millones en la saca.Todos a la cárcel sean del signo que sean y revisión del ladrillo en los últimos 25 años en todos los ayuntamientos.Si devolvieran la pasta se terminaba la crisis y los recortes
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