domingo, 28 de junio de 2015

Modelo antiguo vs modelo nuevo: Mismo dolor


Desde que el ser humano primigenio decidió que, constituido en grupos sociales, sería más fuerte frente a sus depredadores, ha habido una constante presente desde el principio en estas estructuras: El Núcleo Dominante.

Sin entretenernos en reflejar avatares que se han ido sucediendo miméticamente a lo largo de la historia, solo nos detendremos en constatar el dominio hegemónico, basado en el terror, de las dos religiones monoteístas con más implantación mundial: La musulmana desde el S VIII hasta la Edad Media (y ahora, aparentemente, con intención de “reverdecer laureles”) y la cristiana desde la baja Edad Media hasta el S XX.  Se basaban en el dominio de la sociedad partiendo de un control férreo del individuo; la división entre fieles e infieles o puros y pecadores, marcaba decisivamente la diferencia entre una vida sin más sobresaltos que los marcados por la miseria y las enfermedades o una muerte cruel y dolorosa.  El miedo mantenía sujeto al individuo, las manifestaciones sociales solo eran a favor de los ritos religiosos y los gobernantes debían plegarse a los mandatos de la élite con “hilo directo” con Dios, que se enriquecía y medraba sin pudor.

Desde mediados del S XIX, la Revolución Industrial supuso un despegue exponencial de la investigación científica que tuvo, como primera consecuencia, un cuestionamiento y desmentido paulatino de dogmas religiosos, creencias y poder político disfrazado de ritos, premios y castigos.  A medida que este se debilitaba, el hueco fue ocupado por los representantes en la Tierra de un nuevo Dios, esta vez tangible: El Dinero.

Las nuevas élites descubrieron también que, tener sujeto con mano firme a cada individuo, penando duramente las conductas impropias, era un derroche de recursos que podían y debían ser empleados en menesteres más productivos.  Así, comenzaron a florecer derechos individuales y colectivos que no suponían coste económico y conferían a cada persona una falsa (ilusoria) sensación de felicidad y ansias de mejorar socialmente sin perjudicar, en lo sustancial, la ambición desmedida de poder real (basado en lo económico) de quienes manejaban y continúan manejando los hilos que mueven gobiernos, sojuzgan voluntades y alimentan cuentas de resultados.  Las grandes guerras del siglo XX y las pequeñas, pero globalizadas de la actualidad, mantienen los mismos objetivos en un modelo que, a base de ensayo-error, se va sofisticando hasta límites que asustan.

Nadie puede escapar de su poder e influencia y si algún colectivo, del tamaño que sea, osa desafiar sus órdenes, será hundido en la miseria y sometido a la nueva esclavitud: Las Deudas.  Lo que nos han vendido como “Mercados” no es sino el brazo armado del nuevo Dios que zarandea, castiga y machaca cualquier iniciativa díscola que ponga en riesgo el saldo en caja.  La situación griega es un claro exponente del “efecto ejemplarizante” que sufrirá quien del desafíe y siembre un germen que, extendido, suponga una pérdida de poder, aunque sea mínima.

Con el TTIP en ciernes (que no es más que un primer paso en pos de una economía global por encima de gobiernos y decisiones soberanas de los países), pasar al pueblo griego por la máquina picadora servirá para que cualquier tentación quede diluida por el miedo a perder el estatus, el estandar de Calidad de Vida y cualquier recuerdo de ese concepto en vías de extinción que conocimos como Estado del Bienestar.

No soy nada optimista en lo referido al futuro, la sociedad que conocemos está tomando un rumbo peligroso hacia un nuevo totalitarismo sin piedad y ha puesto en marcha un instrumento aparentemente poderoso para avisarnos sobre qué pasara si no nos plegamos a sus designios:  La amenaza yihadista.  No tengo ninguna duda que son dos imágenes del mismo poder con un único objetivo y, si no triunfa esta estrategia, ya está en marcha el cataclismo mundial que sucederá a la demolición de los débiles pilares que sustentan al gigante chino.  Ahí si que vamos a sudar vinagre.


Tampoco descarto que esta tortuosa reflexión sea el fruto febril de una larga noche de calor sofocante, veremos…

8 comentarios:

Parnasillo dijo...

Se han metido en un berenjenal sin salida. Europa no se atreverá a echarlos y ellos tampoco se atreverán a irse. Lo que quieren evitar los populistas amigos de Podemos es que el pueblo Griego no les eche la culpa de que lo que prometieron es imposible de cumplir. Ahora, como no quieren la responsabilidad se la echan al pueblo con un plebiscito donde tienen el cinismo de tachar a Europa de criminales y causantes de la debacle económica. Eso sí, el populismo mantiene las apariencias pero nunca se atreve a atajar el problema. Varufakis no se atreverá a pedir un céntimo de Euro a los supermillonarios que jamás pagaron impuestos y siguen sin hacerlo. Esta situación tiene muchos números para ir directa al fascismo y como gane Podemos nos pasará igual que en Grecia.

Luis Herrera dijo...

Señor Jiménez, ha aprovechado un artículo, muy bien escrito por cierto, sobre la realidad política y económica mundial para soltarnos un alegato gratuito contra Podemos que no viene a cuento. Solo le ha faltado la firma del patrocinador.
Es agradable leer textos como este que se salen de la tónica dominante en cualquier ideología al uso. Felicidades Fermín, no dejas de sorprenderme siempre y para bien. Un abrazo sincero.

Luis Diaz dijo...

Hola,

Críticas como la del señor Jiménez, son al uso neoliberal. Cuestionar la consulta del Gobierno griego es cuestionar la democracia. Es cierto que no hay cultura democrática real en Europa, pero lo más triste es encontrar quien critica cualquier atisbo de su puesta en práctica, porque probablemente le resulta personalmente más cómodo o rentable que no haya.

La derecha está convencida que las elecciones son un cohete donde el pueblo es el cuerpo que se desprende tras el despegue, y después la cápsula puede hacer lo que le venga en gana; y el miedo que tienen en el fondo es que estos cohetes se les están acabando.

Luis Díaz

Anónimo dijo...

Paul Krugman, escribe en su blog una entrada en la que dice que el votaría no en el referendum y explica los motivos:
1- La Troika ha hecho a Tsipras una oferta que no puede aceptar y lo ha hecho a sabiendas. Por lo tanto el ultimatun ha sido un claro movimiento para reemplazar al Gobierno de Syriza (lo hicieron con Papandreu cuando propuso también un referendum y en Italia llegado el momento impusieron a Mario Monti al que nadie en Italia había elegido en elecciones). Solo esto, incluso si no te gusta Syriza, es muy grave y preocupante para cualquier persona que crea en los ideales europeos.
2- La Troika exige que las medidas políticas aplicadas durante los últimos 5 años continuen de forma indefinida cuando estas medidas lejos de solucionar nada han creado mas caos del que ya existía. ¿Qué esperan?

Casi todos los gobiernos de Europa disfrutan de una hegemonía de partidos de derecha sin una izquiera que suponga realmente una alternativa a las políticas que se siguen, aún cuando su ineficacia para solucionar los problemas ha quedado sobradamente demostrada. En este sentido, Syriza es el único partido que ha proporcionado otra alternativa que pone al resto en entredicho lo que para ellos supone una amenaza. De hecho queda muy claro que estos gobiernos están al servicio de intereses totalmente opuestos a los intereses de los ciudadanos, les ha desenmascarado.
¿Para cuándo poner en su sitio a estos miopes e ineptos que en vez de trabajar para los ciudadanos se han convertido en lacayos del poder finaciero?

Anónimo dijo...

Si tu te gastas el doble de lo que ganas, pides créditos que no puedes pagar, el banco te va a pedir que devuelvas lo prestado ¿te pasa por la máquina picadora? no, quiere que le devuelvas lo suyo.España ha aportado 28.ooo millones de E y que nos hacen mucha falta, esto por pertenecer al club europeo.Todos los demagogos podemistas podíais hacer un fondo, a escote, y ayudar a vuestros amigos demagogos griegos que van a llevar a la ruina a media Europa.

Luis Diaz dijo...

Todo esto que explica Anónimo en el mensaje anterior tendría cierta coherencia en un escenario de relaciones económicas saludables entre personas o instituciones.

Ahora bien, el escenario neoliberal impuesto en Europa es un contexto de especulación, chantaje, violación de la soberanía, corrupción, de no aceptar el riesgo de pérdida del capital, y de insolidaridad histórica profunda.

Por todo eso, y por mucho más, recuperar la soberanía y no aceptar un esclavismo para toda la vida, no solamente es una recomendación, es un deber, un derecho, y la mejor opción que los ciudadanos griegos deben tomar. Y es una postura que no es difícil de entender, excepto para aquellos cuya educación se limita a la de contar monedas sin emitir juicio adicional alguno.

Nosotros no hemos prestado nada a Grecia, nos hemos asegurado de llenar los bolsillos de sus acreedores especuladores. A quien si hemos regalado mucho dinero, y nunca os quejáis, es a todos aquellos bancos que dicen que ahora todo va muy bien, pero que no devuelven ni un euro.

Si Dickens levantara la cabeza, estaría de acuerdo en que sus novelas hoy día se quedan muy muy cortas con las cosas que el ser humano tiene que soportar.

Un saludo. Luis

Anónimo dijo...

Pueden recuperar su soberanía cuando quieran, se salen del escenario neoliberal impuesto, dejan de recibir dinero de los golfos especuladores, crean otra moneda con una devaluación brutal y a ver quien paga pensiones, sanidad, defensa.....todos los países, que funcionan medianamente bien, tienen el espacio neoliberal maligno, los no neoliberales Cuba, Venezuela,Corea del Norte......a esos les va muy bien, tienen mucha libertad y progresan economicamente.Iros una temporadita a cualquier país de estos e igual cambiáis de opinión.Es muy cómodo vivir como un burgués en un país capitalista y jugar con planteamientos comunistas.

Luis Diaz dijo...

Hola Anónimo,

La Edad de Oro de Europa no es liberal, es una época de simbiosis entre liberalismo y socialismo. Hoy día, el liberalismo ya va por "libre" de nuevo, es una consecuencia inevitable a la libre ambición y al libre egoísmo sin límites, y como pasó antes de la 1a. Guerra Mundial, ya estamos de nuevo abocados en la crisis y en los conflictos; y empecinados en seguir defender el liberalismo, una de las grandes causas de aquella crisis; aunque eso sí, seguro que lo defendemos con los bolsillos llenos.

¿Cuántos liberales hay marginados en la pobreza? Si no encontramos los suficientes, tendremos que concluir que el liberalismo, como mínimo, es humanamente excluyente; lo que lo convierte en ética y moralmente perverso.

Saludos. Luis