¿Qué podemos pensar de un país que reduce drásticamente los
servicios, recursos, derechos y medios a disposición de los ciudadanos para
inyectar cantidades obscenas de dinero a favor de unas élites económicas
delictivas que han gestionado deslealmente los ahorros que pusieron en sus
manos?
¿Cómo calificar a un estado que agrede, encarcela y maltrata
con saña a los miles de personas que, legítimamente, expresan su enfado con la
situación manifestándose pacíficamente; las criminaliza, se mofa de su actitud
y abusa del monopolio de la fuerza en manos de los cuerpos de seguridad?
¿Qué concepto podemos tener de un Bobierno que, recordando
épocas de esclavitud, deja completamente desprovistos de derechos
indispensables a gentes de otros países que, en tiempos de bonanza, han
trabajado como posesos por un sueldo miserable haciendo millonarios a muchos
empresarios sin escrúpulos?
¿Cómo definimos a unos dirigentes que se jactan sin rubor de
desmantelar las estructuras públicas fundamentales, la Educación y la Sanidad,
con la excusa de la crisis; para entregarlas envueltas para regalo al mejor
postor que, casualmente, siempre tiene alguna relación económica con ellos?
¿Cuál es la denominación adecuada para quien deja
absolutamente desamparadas a las personas que no pueden ganarse la vida
trabajando honradamente porque, la coyuntura económica provocada
artificialmente, no parece la adecuada para hacer desaparecer el “factor miedo”
en seis millones de potenciales votantes?
¿Qué decir de alguien que destruye, por la vía política o la
económica, todos los medios de comunicación críticos con su actitud sectaria, torticera,
interesada, retorcida, cicatera y miserable; censurando contenidos, prohibiendo
dar cobertura a graves acontecimientos y desviando la atención hacia cuestiones
de trascendencia menor; al más puro estilo Goebbles?
¿Cómo se llama a unos gobernantes que han hecho de la
mentira, la falacia y el embuste malintencionado un modo de vida del que
obtienen pingües beneficios a costa del trabajo de un pueblo al que, con la
excusa de que pueda comer, le dicen que le tienen que sacar los dientes?
¿Cómo vemos a esos bien pensantes que, velada o
descaradamente, amenazan con sacar los tanques a la calle porque un pueblo
quiere saber si sus ciudadanos quieren seguir dentro de una estructura de
estado en la que no parecen sentirse cómodos?
Bobierno de España, no podemos sufrir por ti (ni queremos).
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