sábado, 3 de noviembre de 2012

LA INVASIÓN DE LA CARCOMA



La carcoma es un insecto coleóptero que, en su fase de larva, se alimenta de la madera seca y sana que ha sido utilizada para construir muebles o vigas de edificios.  Estas larvas, a medida que se van desarrollando, van abriendo galerías en el interior de la pieza colonizada, hasta tal punto, que pueden dejar una viga robusta completamente hueca con grave riesgo de colapso de la estructura que sustenta.  Para detectar su presencia hay que estar muy atentos a la aparición de minúsculos agujeritos en la superficie y también a la presencia de algunas partículas de serrín bajo la pieza colonizada.  Dada la gravedad de sus efectos, conviene exterminarlas antes de que, el mal causado, sea irreparable y el edificio se nos venga abajo.

La estructura de nuestro sistema público de salud, hasta hace poco tiempo, a prueba de bombas, está gravemente afectada por la invasión múltiple de parásitos que ponen en grave riesgo su supervivencia.  Ya no necesitamos la ayuda de una lupa para detectar los evidentes boquetes que, de modo paulatino pero implacable, han aparecido en Valencia, Madrid, Extremadura, Castilla la Mancha o La Rioja y que, tras una primera fase de discreto tanteo, se extienden a toda velocidad en dirección a los cimientos.

Las últimas alarmas han sonado con estruendo en Madrid donde, a partir del año próximo, ningún hospital será de gestión pública al cien por cien; incluso, de los cuatrocientos ambulatorios en funcionamiento, pasarán a gestión privada cuarenta.  La invasión es de una gravedad monstruosa y requiere de una intervención inmediata para evitar que, en un plazo breve, el sistema público de salud, universal y gratuita, pase a ser un recuerdo.

Los profesionales sanitarios están siendo vejados, obligándoles a desarrollar labores que no son su especialidad, por unos sueldos de miseria, bajo la amenaza del traslado forzoso o el despido.  El personal auxiliar pasará a la plantilla de las empresas concesionarias en unas condiciones de precariedad y angustia con la pretensión de que, la sacrosanta atención al paciente, quede en un segundo plano.  Hospitales con un prestigio logrado en muchos años de magnífico trabajo, serán desmantelados para albergar otros servicios de rango menor.  Y, la consecuencia inexorable, los pacientes que no dispongan de una cobertura privada, serán pasto de listas de espera interminables, instalaciones deficientes, servicios capitidisminuidos y una estructura administrativa semejante a la beneficencia, aunque la adquisición de medicamentos sea gravosa como nunca.

Una gestión privada nunca será más rentable que siendo pública; a igualdad de calidad del servicio hay que añadir el beneficio que toda empresa persigue y eso sólo se logra por dos vías: Encareciendo el coste o disminuyendo la cantidad y calidad de los servicios prestados.  En cualquier caso, los perjudicados seremos los ciudadanos que, probablemente, pagaremos más a cambio de menos.

La larva de la carcoma, cuando ha finalizado su desarrollo, sufre una metamorfosis que desemboca en una especie de cucaracha alada que vuela a poner sus huevos en nuevas piezas de madera sana y, así, continuar su proceso parasitario hasta que no quede más madera que colonizar.

Fumiguemos.

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