domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Por qué el aborto? ¿Por qué ahora?


La inercia regresiva del Gobierno que nos ha tocado sufrir, promovida y jaleada por sus ideólogos de FAES, Conferencia Espiscopal y otras entidades peligrosamente “escoradas a estribor”, muestra tal nostalgia del Franquismo que, en ocasiones, raya lo patológico.  Destaca sobre el resto una particular inquina, con brotes de ensañamiento, hacia la Mujer, sus derechos y libertades, y el papel secundario que le otorga en su particular visión de la organización social.

Desconocemos la identidad del iluminado que, ante el aumento galopante de las cifras de desempleo, recordó que en los años de Desarrollismo en España había pleno empleo.  Era un pleno empleo tramposo porque eliminaba a la mujer del mercado de trabajo desde el mismo momento en que contraía matrimonio.  En la segunda década del S XXI prohibir el acceso al trabajo de la mujer casada constituye, hasta para ellos, un anacronismo indefendible, con el añadido de los estándares familiares han cambiado de modo radical.  Algo tenían que inventar.

Exploremos esta hipótesis: 

Reducen la Educación Infantil pública a la mínima expresión, con unas condiciones de acceso restrictivas y unos precios prohibitivos que acabarán acercándola a la oferta privada.

Introducen en la Reforma Laboral los elementos necesarios para facilitar el despido de toda mujer sospechosa de estar embarazada.

Eliminan paulatinamente del vademecum del Sistema Público de Salud los métodos anticonceptivos más eficaces y menos lesivos para la salud de la mujer (píldora del día después, tratamientos hormonales de última generación, …), obligando a volver a sistemas incómodos con mayores probabilidades de error.

Derogan la actual Ley de Salud Reproductiva, en la parte que regula la interrupción voluntaria del embarazo atendiendo a plazos, volviendo a una versión mucho más regresiva de la anterior legislación de “supuestos”.

Estas cuatro premisas fundamentales persiguen que, cualquier estado de gestación voluntaria o involuntaria, suponga la desaparición práctica de esas mujeres del mercado laboral durante varios años, consiguiendo el múltiple objetivo de reducir el desempleo por métodos espurios; otorgar al varón, de nuevo, un valor preponderante en la sociedad; hacer que muchas familiar solo dispongan de un salario para vivir, reduciendo las resistencias a aceptar condiciones laborales humillantes; lograr que, solo las mujeres con elevado nivel económico, progresen en su estatus social; recuperar la confianza, del núcleo de votantes ultra conservadores, que recelaban del papel del un Ministro de Justicia con altas ambiciones y ganarse la complicidad y poderosa influencia de una Iglesia Católica que ha hecho casus belli del sometimiento de la mujer al hombre.


Respecto a la Ley del Aborto, poco tengo que opinar, solo constatar que no es necesaria ninguna regulación:  Si vosotras parís, vosotras decidís. ¿Y nosotros?  Solo ayudar y apoyar la decisión que hayáis adoptado libremente.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Sumisas nos quieren, rebeldes nos tendrán!

Goyo65 dijo...

A este paso los Alcántara vivían mejor que nosotros

Luis "Ito" dijo...

Volvemos a la mujer en casa con la pata quebrada pero sin cobrar por el accidente.
¿Una? Varias
¿Grande? para los beneficios empresariales
¿Libre? Para emigrar