Aún hay esperanza…
Aún hay esperanza, masculla el condenado cuando apunta el
pelotón.
Aún hay esperanza, piensa el moribundo con un hilo de
consciencia.
Aún hay esperanza, dibuja en una lágrima el corazón roto.
Aún hay esperanza, escribe en una flor el primer copo de
nieve.
Todo irá mejor, lee en los cristales entre cornisa y duro
asfalto.
Todo irá mejor, cantan los dolientes camino del cementerio.
Todo irá mejor, ensueña el niño pobre que merienda palabras.
Todo irá mejor, sabe la mujer tras el último portazo.
Y masculla porque piensa, piensa cuando dibuja y dibuja si
no escribe; escribe porque lee y lee porque cantan, cantan cuando ensueña y
ensueña si no sabe que aún hay esperanza, que todo irá mejor.
La importancia de tener
Tener es importante y quien no tiene no existe.
Tener amor, amigos, ideas, ganas, ilusión, …, tener vida.
Porque tener vida agita una existencia con tendencia al
reposo extremo,
tener vida enseña a aprender, a sufrir, a reír, a doler, …,
a vivir.
Tener tiempo es el reto irresoluble sin tiempo para
resolverlo.
Tener tiempo debería estar prohibido; el tiempo, según
llega, hay que gastarlo.
Nada hay más obsceno que jactarse del tiempo ante quien lo
agotó
y apura una prórroga gratuita y sin tasa.
Ahora que tenemos vida, apretamos los puños para no dejar
escapar un gramo sin disfrute.
Ahora que tenemos tiempo, apuramos cada segundo, como un
tesoro infinitamente valioso,
pero la vida es una muerte eterna en un tiempo fugaz y estéril.
No estás tú.
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