Ten cuidado con fulanita o con menganito que es más listo
que los ratones coloraos, decía mi abuela. Desconozco la influencia de la condición de roedor junto al
color del pelaje en la astucia del animalito pero, validando la metáfora, hace
tiempo que me pone en alerta cualquier decisión, gesto, palabra o silencio de
Esperanza Aguirre.
Porque fue ella quien metió a la Comunidad de Madrid en ese
tobogán de despropósitos por donde, un día sí y otro también, se van despeñando
sus dirigentes. La “anteriormente
conocida como LidereSA” embarcó a los madrileños en una serie de decisiones
suicidas y, más lista que los ratones coloraos, puso pies en polvorosa cuando
empezó a atisbar el carrusel de fracasos que le aguardaba, dejando al Decano de
los Fontaneros Madrileños, Ignacio González, a los mandos de un avión sin
combustible ni tren de aterrizaje.
Así, se han ido sucediendo fiascos como la NO concesión de
los Juegos Olímpicos, con relaxing café o sin él; el calentón frustrado de
Eurovegas, con la consiguiente inflamación testicular; las peleíllas de patio
de colegio con Montoro, por un quítame allá una financiación autonómica y con
Pedro J. Ramírez, por esos áticos de lujo que carga el diablo o, como se veía
venir, el frenazo y marcha atrás de la privatización de los hospitales públicos
madrileños.
Lo cierto es que, dando por buenas las cuestionables cifras
de desempleo “cocinadas” por el Gobierno, la Comunidad de Madrid ostenta el
dudoso honor de ser la única donde el paro ha aumentado en términos absolutos y
relativos, aliñada por ser también la única que ha sufrido un descenso del
turismo en un año record de visitantes.
Ignacio González y sus mariachis, carecen de un plan serio y coherente
para apostar por un modelo productivo sostenido y sostenible, más allá de los
servicios y la hostelería, que permita a sus ciudadanos vivir mejor. De momento, los pocos privilegiados que
lo han conseguido son los miembros del gobierno madrileño y su numerosa cohorte
de asesores. Mal vamos.
Volviendo al asunto del día, la Sanidad Pública Madrileña,
un par de consideraciones:
El Presidente González tratará de vendernos que la decisión
de renunciar al proceso privatizador es suya. Falso, solo es consecuencia de la paralización del mismo por
el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, amparándose en las numerosas y
fundamentadas denuncias presentadas por los profesionales sanitarios y otros
colectivos sociales, ciudadanos, políticos y sindicales, todos agrupados en la
Marea Blanca que durante 15 largos meses han (hemos) luchado por defender una
Sanidad patrimonio de todos los ciudadanos, no de unas pocas empresas en busca
de un lucro fácil y cuantioso.
El, ya ex Consejero de Sanidad, Fernández Lasquetty, se ha
distinguido por ser un ejemplo de altanería, soberbia, chulería y desprecio
que, no solo ha hecho oídos sordos a todas las propuestas de sus administrados
sino que ha demostrado la certeza del adagio que aconseja no escupir para
arriba, porque acaba cayéndote encima.
Lógicamente, ha sido forzado a dimitir como último parachoques de
Ignacio González.
Esperanza Aguirre contempla la escena desde su retiro
fortificado y ya resuena en el ambiente un grito, no por conocido menos
atronador: ¡¡Váyase señor González!!
Por cierto, todo mi reconocimiento y gratitud a la lucha
incansable de la Marea Blanca. ¿Veis como sí que se puede?
1 comentario:
Enhorabuena por el artículo
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