Toda España se volcó para dar la bienvenida a Felipe VI
La Guardia Civil informa que, pese a lo aparatoso del
vuelco, no se han registrado heridos de consideración; si acaso, cuatro o cinco
republicanos algo magullados.
Lágrimas, momentos tensos y “selfies” en la proclamación del
Rey
Fuentes de toda solvencia desmienten el uso de gases
lacrimógenos en el Hemiciclo. No
obstante, por un momento, pareció verse mascullar un “machistas de mierda” en
los labios de la Infanta Elena. En un
descuido, Foilán se hizo un “selfie” con la corona puesta de medio lado, en
pose retrechera.
El primer día de un nuevo Rey
La crónica destaca la intensidad, color y densidad de la
primera meada regia. El protocolo le
concede hasta cinco sacudidas sin que éstas sean consideradas “paja”.
Doña Letizia, todo un ejemplo de estilo y elegancia
Sus instrucciones destacaban, además, reseñar su saber
estar, espíritu conciliador y buen carácter.
Por una vez, sin que sirva de precedente, convino en dejarlo solo en
estilo y elegancia. Ya habrá tiempo...
El reinado se estrena con una rebaja de impuestos de 7.500
millones
Y es que, Marhuenda, si no nos cuela una cuña publicitaria
del “buen hacer” del Gobierno, no duerme tranquilo. Se le olvidó comentar que ese dineral se lo ahorrarán las rentas
más altas.
Verstrynge, detenido en la manifestación por la República
Partiendo de un sincero “arrepentidos los quiere Dios”, lo
de este hombre es un ejemplo evidente de vocación tardía.
La inviolabilidad de Felipe VI impediría a Letizia pedir el
divorcio
La nueva reina aclara que, ella nunca lo pediría, en todo
caso lo exigiría y, si no, aplicaría la ancestral tradición española del “ahí
te quedas”.
Media entrada en la Plaza de Oriente para ver al Rey
Se trata de una plaza de tamaño inconmensurable, mayor que
el Zócalo de México D. F. o Tiananmen, ya que la Delegación del Gobierno y
Telemadrid, al alimón, cifran la asistencia en 5 millones de personas.
El yugo y las flechas se caen del escudo de armas de Felipe
VI
“Tienen que estar por aquí” afirmaban con desesperación
algunos miembros del Gobierno, buscando entre los pliegues de las tupidas
alfombras del Congreso.
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