Tal y como aprendimos en el colegio, hoy, 21 de junio,
empieza el verano. Es la fecha que
todas las tiernas criaturas, que han estado 10 meses calentando silla en el
colegio, desean que llegue para coger unas merecidas vacaciones. ¿Todas?
Diferentes agencias, organismos y ONGs, nacionales e
internacionales, han dado la voz de alarma ante los crecientes casos de
malnutrición infantil detectados en el floreciente reino de Felipe VI y su
valido (¿con “v” o con “b”?) Mariano Rajoy.
Lo cierto es que, buena parte de esos casos, que deberían avergonzar a
la clase dirigente, eran paliados por la única comida completa y equilibrada
que recibían al cabo del día, la del comedor escolar y algunos presidentes de
comunidades autónomas, sin duda deslumbrados por los potentes focos de la Marca
España, han decidido NO abrir los comedores en verano para, dicen, no
estigmatizar a los niños y, ya de paso, no enturbiar nuestra rampante imagen
internacional. En la misma línea, ante
la creciente contaminación del aire de nuestras grandes ciudades, para prevenir
los perjuicios que pueda causar en nuestra salud, no tardarán en prohibirnos
respirar. ¡Son unos genios!
Preguntado al respecto, el gesto de Gobierno se puede
resumir en cinco palabras: “lo sentimos, ya han nacido...”; porque el verano,
además de sol y moscas, traerá consigo un nuevo viaje en el tiempo, la
regresiva, machista, tercermundista, ultramontana, despótica y descarada Ley
del Aborto; un tributo más que, el Partido Popular, rinde a ese pozo sin fondo
en lo material y en lo moral que es la Iglesia Católica.
Hablando de tributos, el último (hasta ahora, no nos hagamos
ilusiones) Consejo de Ministros, se descolgó con las fanfarrias de una artera
rebaja de impuestos a las rentas más altas (las que, por supuesto, más lo
necesitan) que, al fin y al cabo, son su principal vivero de votantes. La escandalosa cifra de familias que
perciben pocos o ningún ingreso y de las que proceden los niños (y adultos) que
están pasando, literalmente, hambre, no solo no lo notarán sino que seguirán
pagando un IVA en efervescencia por productos de primera necesidad.
Los Medios afines (todos los grandes, cuya financiación
depende de las decisiones del Gobierno), ya preparan los titulares de un
epatante descenso del paro con la llegada del verano. Ya sale, de las oficinas de empleo, una legión de camareros con
contratos por horas y un sueldo ridículamente mísero, que deben pagar el
delantal de su magro bolsillo pero no pasa nada, la mayoría silenciosa discurre
en un tobogán de emociones que, ahora les hace trepar por la desilusión de la
eliminación de un grupo de “deportistas” en el mayor escaparate del
showbusiness, ahora se desliza suavemente por los fastos de la proclamación
Real.
“Ellos” van a piñón fijo (no saben hacer otra cosa) y no se
han dado cuenta aún que esto ha cambiado y no somos tan estúpidos como creen y
cada día menos: menos grado de estupidez y menos gente estúpida pero, todavía,
quedan personas a las que abrir los ojos a la cruda realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario