La tendencia política que arrasa es la Cosmética. Al nadie le importa cuál sea la
auténtica intención de los candidatos o que la información que recibimos sea o
no fidedigna, lo fundamental es que haga juego con las cortinas o con el color
de alguna idea que ya tenemos preconcebida que, al fin y al cabo, es lo mismo. Analicemos el espectro desde esta
perspectiva:
Los unos han pisado el acelerador de la infamia;
desautorizan, desprecian o insultan directamente a todo lo ajeno, hasta a sus
naranjas marca Hacendado, ofenden la inteligencia de cualquiera con un CI por
encima de 100 que no tenga intereses propios en su victoria y se apoya en un
soporte mediático de eficiencia arrolladora: Te doy caramelos muy sencillos de
digerir pero te oculto que su ingrediente principal es un potente narcótico que
anula tu voluntad y te convierte en un “votante zombi” al servicio de los que
mandan de verdad: Los dueños de la pasta.
Los, hasta ahora, otros contendientes andan pagando las
consecuencias de haber comprado su navegador GPS en un bazar chino de
barrio: La antena apenas percibe
señales, las pocas que recibe las interpreta erróneamente, sus mapas son
obsoletos y los mensajes orientativos se difunden en un dialecto cantonés que
conocen sólo 200 personas en todo el mundo.
A eso le añades que, en el lote del navegador, venía una ouija de todo a
un euro, y comprenderás por qué el primer mensaje transmitido, mediante un
cutre vaso de caña boca abajo, ha sido U-C-D. El encargado de interpretarlo, que hizo un curso CCC de
ocultismo en dos tardes, ha visto una invocación al centrismo de Adolfo
Suárez donde solo se anunciaba Una
Cagada Demoledora. Lo del Gobierno
en la Sombra, más que una estrategia parece una premonición.
Atendiendo al dicho castizo de “hay más días que
botellines”, ha irrumpido con estruendo arrollador la marca del: Dime lo que
pide la gente que ya adaptaré yo mis propuestas. Este Transformer Ideológico se va pareciendo cada vez menos
al que supuso un torrente de buen rollo e ideas frescas en las últimas Europeas
y va encastándose a velocidad de crucero.
Su caldo de cultivo ideal son las redes sociales, donde dispone de una
guardia de corps más papista que el papa, que no aguanta una avispa en un
párpado y reacciona airadamente a cualquier sugerencia de crítica. Curiosamente, para ser tan jóvenes
sufren un preocupante deterioro cognitivo que les hace perder los recuerdos
recientes y sacar a la luz hechos de hace décadas como si fueran de ayer. Lucen un mimado maquillaje de
apariencia casual y medidamente descuidada que llaman Pragmatismo pero, como
todos, debajo tienen granos.
Los que, de Azahar (flor del naranjo), han mutado en flor de
un día ven como, transcurridos sus 15 minutos de gloria, se van desvaneciendo
en ese vertedero ideológico donde se alimentan las gaviotas. Aparecieron en la campaña electoral del
20D como esa muchacha que se ha arreglado con mimo para salir por primera vez
en Nochevieja y, de after en after, está volviendo a casa el 3 de enero
borracha, sucia, greñosa y desmadejada con un deambular errático que le ha
hecho ya dar tres vueltas a la misma manzana. Su madre, preocupada, la espera en la puerta mirando el
reloj cada dos minutos y, cuando la vea aparecer, le dará una gloriosa regañina para luego acogerla sollozante
en sus amorosos brazos.
El caso es que todos (casi todos), reaccionan con euforia o
preocupación a los chaparrones primaverales en forma de encuestas que caen un
día sí y otro también. Ninguno
(alguno sí) manifiesta en público cuál es el lugar donde reside la madre del
cordero de la victoria del 26J: el quid está en la PARTICIPACIÓN y ahí hay una
formación que, si no lo remediamos, volverá a repetir lo de 2011. No es que a ellos les votara mucha
gente, es que dejaron de participar los que votaban a otros.
Por cierto, ¿lo de dar participación a las mujeres es
postureo impostado o cuota falsificada? Son más del 50 % de la sociedad y
ninguna es candidata. Sé que es otro debate (o no) pero lo tenía que decir.
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