lunes, 29 de octubre de 2012

HIJO, SE FELIZ…



Se lo dije esta mañana, al despertarle: “Estoy muy orgulloso de ti y del amor propio (y los cojones) que le estás echando a la situación. Te quiero mucho; te queremos mucho y te ayudaremos en todo lo que sea posible… y más allá”.

Mi hijo es un buen tipo y ha procurado prepararse bien.  Ha trabajado como pocos, se ha esforzado mucho; encontró un puesto de trabajo fijo y no se relajó. Forzó sus horas para estudiar y estar más capacitado que la media y… su empresa (de ámbito nacional) quebró.

No se amilanó y volvió a matricularse en otra rama de estudios, resolvió con esfuerzo y buenas notas las diferentes facetas de su nuevo campo de trabajo y… encontró otro puesto de trabajo. Básico, pero trabajo. El horizonte vital pasó de ser negro oscuro a gris marengo.  Se puso a trabajar por ello, a romperse el alma por tener un mañana.

Hoy; tras muchos meses de levantarse a las 5,30 h., currar como un cabrón y valorar su futuro; se ha ido a Inglaterra a trabajar en una apuesta firme por consolidarse en la empresa que apostó por él y reforzar su propia existencia vital…

Sinceramente, le admiro…

Él nos acompañó a manifestaciones, él se emocionó con nosotros, él nos señaló el camino de la indignación; él es un tío íntegro, honrado, currante, inteligente y capaz que me hace creer que mi vida (nuestra vida) no ha sido en vano.

Desconozco el alcance de su dolor (que sospecho infinito), solo sé que tengo un agujero en las tripas terrible (sin poder haber hecho más por él), incomparable al de su madre, a quien trataré de ayudar, para que nos sea su ausencia menos dolorosa.

Andrés, te quiero, te queremos… ¡¡¡¡SE FELIZ!!!!

2 comentarios:

Antonio dijo...
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Fermín dijo...
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