jueves, 22 de agosto de 2013

Tortilla de Montesquieu


Ingredientes:

(Para la tortilla)

Poder Ejecutivo
Poder Legislativo
Poder Judicial
3 pares de huevos cobardes (valentía para ensañarse con los débiles)
Mantequilla (para lubricar la introducción de caprichos de los poderosos)
Sal
Pimienta

(Para la salsa)

Medios de comunicación (4º poder), previamente macerados

Elaboración:

Con varios meses de antelación, se van macerando los medios de comunicación en un licor compuesto por Publicidad Institucional en generosas proporciones salpicado por ostracismo y ahogo financiero en las partes más duras.

Tras una cuantiosa financiación ilegal, se dispone de los recursos necesarios para disponer, en administraciones local, autonómica y nacional, de una sobrada mayoría que facilite la tarea.

En una sartén amplia se ponen a calentar, debidamente fragmentados con un cuchillo de intereses privados, los poderes Ejecutivo (sabor que predominará sobre los demás), Legislativo (que creará el caldo de cultivo necesario para dar cremosidad al guiso) y Judicial (con la única función de disolver los grumos que vayan apareciendo), se salpimenta al gusto y se van trabajando con mimo hasta conseguir una masa uniforme.

En un bol, se baten con vigor los tres pares de huevos cobardes hasta llevarlos a un estado de fina espuma que penetre por todos los resquicios de los servicios públicos que puedan generar algún beneficio económico hasta emulsionarse con ellos.

Se pone al fuego una sartén antiadherente de última generación (las hay con forma de déficit, deuda, prima de riesgo, rescate bancario, ...) y se engrasa con una nuez de mantequilla.

Se mezclan en el bol, los huevos en espuma y la masa uniforme producida en la primera sartén y se vierten con cuidado en la antiadherente, procurando que la mezcla cubra toda la base de forma homogénea.

Se va cuajando, primero a fuego lento, para que se haga bien por dentro sin arrebatarse y, después, a fuego fuerte para darle un agradable tono dorado.  Se voltea, con ayuda internacional, las veces que se considere oportuno (según el punto deseado) y se emplata en una fuente con forma de piel de toro.

Antes de servir, se napa (cubre la superficie) con la salsa de medios que le dará un apetecible aspecto y disimulará convenientemente el olor nauseabundo que desprende el plato.


¡Bon apetit!

2 comentarios:

Antonio Novo Medinilla dijo...

La imaginación al poder. Impresionante artículo, enhorabuena.

eliott dijo...

Buena entrada! :))

Saludos