lunes, 26 de agosto de 2013

Vuelta al cole (o Paréntesis a gogó)


Cada vez somos menos las personas que tenemos trabajo y, como consecuencia, vacaciones.  La clase política no es ajena a esta circunstancia y la reincorporación a sus tareas habituales (sean estas las que fueren) está plagada de circunstancias diferentes para cada caso.  Veamos:

Mariano Rajoy:  Sus días de asueto en Orense han coincidido con un aumento desmesurado del número de incendios forestales.  No es extraño.  En los paseos que emprendía cada mañana se iba encontrando con numerosos lugareños a los que saludaba con efusividad.  Estos, tras escuchar sus batallitas y promesas balbucientes, se quedaban echando chispas de indignación y, ya se sabe, una cosa lleva a la otra.  Sea como fuere, Mariano tiene la agenda repleta de compromisos (liga, vuelta ciclista, europeo de baloncesto, etc) y está deseando arrellanarse en su cómodo sillón lejos de las miradas (solo miradas) inquisitivas de los periodistas.

Fátima Báñez:  No ve el momento de volver a su despacho del ministerio para descansar un poco (la romería del Rocío la tiene hecha unos zorros).

Rafael Hernando:  Quince agitados días cono portavoz de guardia del partido agotan a cualquiera.  Tiene por delante once meses y medio para recuperarse (y dar de comer adecuadamente a su prole).

Cristóbal Montoro:  Luce un bronceado obsceno que, inmediatamente, nos hace imaginar a Nosferatu durmiendo en un ataúd con la tapa tuneada con rayos UVA.  El conflicto gibraltareño y la previsible aparición de nombres notables, con cuentas opacas allí (que le darán muchísimo trabajo para tratar de ocultarlos).

Teófila Martínez:  Tras descubrir que las redes sociales no son un arte de pesca, le espera un curso intensivo de RQEPM (Respeto a Quienes lo Están Pasando Mal) que se antoja imprescindible antes que pedir asilo político en el Peñón ante el riesgo de apedreo indignado (no confundir con lapidación). Mientras, los letristas de chirigotas afilan las plumas.

Alberto Ruiz Gallardón:  Sus clubes de fans (jueces, fiscales, abogados, oposición, ciudadanos en general, Conferencia Episcopal, mujeres, colectivos LGTB, ..., incluso la Tuna de Derecho) esperan ansiosos su regreso para pedirle autógrafos (en el BOE), camisetas (de rayas carcelarias), fotos (inconfesables), alguna grabación inédita (y vergonzosa) y todo el merchandashing que acompaña a las estrellas del show bussiness.

José Ignacio Wert:  Lo suyo es la auténtica (Re)Vuelta al cole.  Un esfuerzo sin precedentes en nuestra democracia (aparente) ha conseguido un consenso integral en todos los intervinientes (activos y pasivos) en el mundo educativo y cultural, el deseo unánime de verlo regresar a su impagable labor como tertuliano.

Esperanza Aguirre:  Con esa habilidad suya para hacer fácil lo difícil, ha conseguido recuperar del ostracismo una profesión en peligro de extinción (el gremio de afiladores).  Ella afila sus armas para aparecer como salvadora del PP (tras la combustión lenta de su dirección) y sus enemigos (dentro y fuera del partido) miles de cuchillos, navajas, hachas, lanzas, facas, azadones y cortapizzas para , en cuanto mueva un dedo (o un palo de golf), hacer de ella chopped y, de su armario lleno de esqueletos, una atracción turística.


El Rey: Bien, gracias...

4 comentarios:

Javier Marcos Angulo dijo...

Como siempre nos haces sonreír con las desgracias. No es fácil querido Fermín. Muchas gracias.

Javier Marcos Angulo dijo...

Como siempre nos haces sonreír con las desgracias. No es fácil querido Fermín. Muchas gracias.

Frana Dami dijo...

Que maravillosas sonrisas me provocas, jajaja
Gracias.

Desconozco tu profesión pero no descartes dedicarte a escribir monologos humoristicos, eres genial.

Anónimo dijo...

Siempre consigues arrancarme una risa y eso que los temas que tocas son espinosos. Eres muy bueno, amigo Fermín.