Recuerdo mis tiempos de estudiante, cuando las matemáticas eran una asignatura hueso que se me daban bastante bien (mi tributo agradecido a Carmen Michelena, “la Miche”). Tras marear convenientemente los números reales, dábamos una vueltita más a la tuerca y nos sumergíamos en los números complejos, que constaban de una parte real y otra imaginaria (x+i).
Hoy han trascendido dos cifras que me han hecho rememorar aquella época de mi vida: La cantidad destinada en los Presupuestos Generales del Estado al sueldo del Rey, los números Reales (292.752 € brutos al año y un 50 % el príncipe) y la congelación del Salario Mínimo Interprofesional, los números complejos, por la descomunal complicación que supone vivir con 641,4 € brutos al mes.
Es curioso, multiplicando 641,4 x 14 (aunque teóricamente no hay pagas extras), nos da un bruto de 8.979 € al año y, si dividimos 292.752 entre 14 (para mantener la proporción), nos da 20.971 € brutos al mes.
Podemos afirmar que la casa del Rey se lleva al mes más del doble que alguien que trabaja por el SMI en todo un año. Insisto, alguien que TRABAJA.
El SMI también ofrece complejidad porque es la cantidad que se toma como referencia para el cálculo de pensiones, becas, etc y, lógicamente, cuanto mayor sea, mayor aportación recibirá la seguridad social.
Es complejísimo explicarle a alguien que cobra el SMI, de los más bajos de Europa, que se aplica una subida salvaje al transporte público, por ejemplo, para irlo equiparando con los precios europeos.En REALidad, tengo entendido que el Rey tiene gratis casas, coches, aviones, manutención, ropa, etc. más 8 millones para ese engendro denominado Casa del Rey y, quien cobra el SMI, debe sacar de esta cifra los pagos por todos los conceptos, si alcanza.
Los números complejos constan de la parte Real y la parte imaginaria y no quiero imaginarme que, además, perciba otras cantidades por conceptos no reflejados en los PGE (inversiones y otros intereses económicos).
Ya sé que os he colado una “chapa” compleja pero es Real como la vida misma. La vida de quien pueda pagársela, si no, a tirar de imaginación…
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