jueves, 8 de marzo de 2012

8 DE MARZO. GALLARDÓN, COMO SANSÓN



Pensaba titular el post de hoy, 8 de marzo, con un provocador: No me gusta el 8 de marzo.
 
Los hechos me dan la razón, no me gusta el 8 de marzo del mismo modo que no me gusta echar de menos a mi pareja: significa que no está.  Desearía que no fuera necesaria la conmemoración de hoy pero la realidad, tozuda como un borrico mohíno, reclama su plena vigencia.  Queda mucho, mucho camino hasta llegar a ver a la mujer en condiciones de igualdad absoluta con el hombre. 

Lo siento pero no alcanzo a comprender ese oscuro atavismo que determina que un ser humano, por estar dotado de ovarios en vez de testículos, sea inferior.  Escapa de mi raciocinio e insulta la inteligencia de todo aquel individuo que haya descubierto que, oponiendo el pulgar a los otros cuatro dedos, puede manejar herramientas.

Como en tantas otras situaciones, la influencia de la Iglesia Católica es demoledora y, a la mínima oportunidad regresa a su estrategia involutiva, que se dirige con paso firme al Concilio de Trento.  Ha rescatado el dogma del pecado original como fuente de todos los males del mundo y señala de forma inequívoca a la mujer como responsable última de la “inadmisible deriva de libertades” que nos acecha.

Hay males que nunca vienen solos y ahora nos toca convivir con un Bobierno que confiesa tácitamente su incapacidad para comportarse con la decencia y la sensatez que se le supone a un gobernante.  De forma baja, rastrera y ruin se atreve a defender una hipotética necesidad de liquidación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo amparándose en -agarraos a la silla- la “violencia estructural” que sufren las mujeres embarazadas.  Repugnante.

Ofende a cualquier persona con unos mínimos valores sociales desde el momento que plantea el aborto como una obligación a la que parece que se somete a cualquier mujer y no como lo que es:  Una experiencia muy dolorosa para quien se ve en la triste obligación de interrumpir su gestación.  Por el motivo que sea.  Es la mujer y sólo la mujer, acompañada o ayudada de quien ella desee, si lo desea, la única con capacidad de decidir en este asunto.  Cualquier otra consideración es una injerencia intolerable y este Bobierno que siempre tiene la boca llena de libertades individuales trata, no ya de meterse en la vida de los demás, sino organizarla a su antojo.

No quiero pensar que, además de las instrucciones de la Conferencia Episcopal, les mueve el bastardo objetivo de retirar, poco a poco, a la mujer del mercado laboral y bajar las cifras de empleo femenino por la tremenda, recuperando tácticas franquistas.  La suma:  Embarazo + Condiciones draconianas impuestas por la Reforma Laboral = Despido seguro.  ¿Es eso lo que buscan?

Nos vendían a Gallardón como un hombre de mente abierta, tachado por la caverna de rojo peligroso.  Eso debía ser antes, desde que se ha podado las cejas, al igual que Sansón, ha perdido su “toque cosmopolita” y le ha salido el Torquemada que lleva dentro.  Otro más.

2 comentarios:

Javi dijo...

Quizás sea un poco cínico, pero creo que Gallardón está tomando estas medidas para hacerse un hueco como sucesor de Rajoy cuando se hunda. Hasta ahora, su mayor problema era, como dijo un dirigente del PP, que despertaba más simpatía entre los no-votantes del PP que entre los votantes. Bueno, es hora de cambiar. Pero Gallardón, si algo no es, es liberal-económico. Así que ha comenzado su campaña de conservador radical.

Y de paso, como Wert, nos distraen con su show de guiñoles, y pensamos menos en las cuitas económicas. Double win!

Mariete dijo...

Los más decepcionante es que, a careta quitada, siguen cosechando aplausos y votos... Parece que no hacia falta que mintieran, y taparan sus verdaderas intenciones.
¿En que sociedad vivimos?