viernes, 2 de marzo de 2012

LA ORGÍA PRIVATIZADORA QUE NOS ACECHA


Vuelve Rajoy de Bruselas muy, muy contento.  Trae en su cartera el catálogo de ofertas que, con el título de No vengas a España, cómpratela; le han aprobado en Europa para convertirnos, cual tratante de ganado, en carne al peso. Veamos:

El tal Sheldon Adelson, ya le ha puesto precio a la privatización le la Justicia española que, obligatoriamente, debe anteceder al desembarco de su ominoso y neoesclavista proyecto Euro Vegas: 15.500 millones de euros.  ¿Todo tiene un precio?

Cualquier persona con dos dedos de frente y medio dedo de conciencia debería sentirse infinitamente ofendida por, siquiera, la idea de unos gobernantes que dediquen quince valiosos segundos de su tiempo en valorar, la dichosa oferta, que exige adaptar ad hoc una docena de leyes, anulando derechos y fomentando conductas reprobables, cuando no, delictivas.  Repugnante.

A su mezquino nivel, Esperanza Aguirre, está dando pasos decisivos para pasar a manos privadas uno de los activos que más placer concede a los madrileños: Su agua.  El Canal de Isabel II surte a los ciudadanos, desde 1858 hasta hoy, de ese oro líquido en cantidad y calidad que nos hace presumir de ser la gran ciudad con mejor agua corriente del mundo.  Se acabó.

Nadie habla de ello y eso es muy peligroso; los servicios ferroviarios españoles son una estructura moderna y saneada que vertebran nuestro país a través de una compleja red de estructuras y servicios y, como no podía ser de otra forma, hay grandes empresas que tienen echado el ojo y las zarpas a una enorme fuente de dinero que viaja en vagones repletos de fajos de billetes de 500 bien colocaditos.  Un dineral. 

Las experiencias británica y, de actualidad dolorosa, argentina deberían abrir nuestros ojos al desmedido riesgo que se nos viene encima:  Las empresas privadas tienen una tendencia enfermiza a sustituir inversiones en mantenimiento de estructuras y material rodante a cambio de pingües beneficios.  Pan para hoy, sangre para mañana.

Hace años que dos joyas que nos hacían sentir orgullosos, la Sanidad Pública y la Enseñanza Pública, están siendo desguazadas y vendidas, pieza a pieza, al mejor postor.  Se prepara una ofensiva sin precedentes para poner en el mercado lo que queda de titularidad pública y, ahí está el truco, su maravilloso capital humano compuesto por profesionales de una capacitación máxima (que se rifan los países de nuestro entorno) pero incómodo de gestionar ya que, puesto en pie de guerra en defensa de unos servicios públicos y de calidad en los que creen, convierte en temerosos cervatillos a unos inversores que, en otras circunstancias, son unas hienas desalmadas.  Merodean.

Decía Gila en uno se sus celebrados monólogos que fue a comprar un caballo pero no lo vendían suelto, venía con carro y con moscas.  Ese fue el criterio que adoptó el PSOE, en el gobierno, cuando decidió privatizar los aeropuertos.  Esta operación debió abortarse por el “desinterés” de los inversores privados.  Ya hay movimientos subterráneos para separar el caballo, lavarlo y enjaezarlo convenientemente de modo que Barajas, El Prat y Son Sant Joan, pasen a las caballerizas de …. (rellénese como convenga).

Estamos alertados, devorados y preocupados por esta pertinaz sequía que nos invade y nos tiene jodidos de sed, contaminación, alergias, suciedad y miseria.  Que no cunda el pánico, ya hace tiempo que sospechaba que iban a privatizar la lluvia.

No tardando mucho vamos a tener que ponernos serios con la Iglesia pero, esa, es otra historia.

4 comentarios:

Pacoagosto dijo...

Se está privatizando todo aquello, que da beneficio . Este gobierno y los homólogos autonómicos están para terminar la obra del extrama derecha Aznar.

Natalia Docampo dijo...

Tengo que darte la enhorabuena por que tu fina forma de analizar la realidad me tiene impresionada. Si no estuviera de acuerdo contigo, tendría que estarlo por que le das una retranca capaz de ser entendida hasta por el mas sencillo de mente. Felicidades

María Riba de Lago dijo...

En efecto Fermin, dos joyas no de la corona, sino de todos los ciudadanos, la sanidad y la educación. En lo que conozco (la sanidad) tenemos los mejores profesionales de europa, y de los mejores del mundo. También somos los peor pagados, los que hacen jornadas maratonianas y los que paramos lo golpes de los errores de gestón. Nos rifan en Europa, en Arabia, en Australia y también en paises latinoamericanos. Y eso con una inversión mínima en I+D+I, sacando tiempo y dinero de nuestros recursos para investigar...En unos años, a nadie le extrañe que la sanidad tal y como la conocemos no exista, y sea como en EEUU o Reino Unido, donde la Dama de Hierro tiró de un plumazo una gran sanidad, para pasar a la beneficencia. Salud y República.

Fermín dijo...

He cometido un olvido imperdonable, la privatización de la Policía. Ojo que es muy peligroso