¿Cómo es posible que, ante el problema más grave que tiene
este país, el paro, haya ministros que salgan a los medios de comunicación con
tanto desahogo? Seis millones de
personas sin empleo es algo muy serio, el 55 % de los menores de 30 años carece
de un horizonte vital que les permita afrontar su vida con una mínima
perspectiva, casi dos millones de familias tienen a todos sus miembros sin
trabajo, los pensionistas se han convertido en la única fuente de ingresos para
esas personas, los bancos (rescatados con dinero público) siguen apretando la
soga en el cuello de quienes han perdido su medio de subsistencia y, los
ministros, rivalizando a ver quien muestra más frivolidad o, directamente,
ausencia de empatía, conocimientos y talento para resolver el problema. ¿Alguien se extraña de lo precisa que
es la definición de Bobierno?
Nuestra ministra Báñez, asesorada por los guionistas del
cine de Pajares y Esteso, no desperdicia ninguna oportunidad para mostrar al
mundo su estulticia y hablar de “brotes verdes” cada vez que se le acerca un
micrófono. Vamos a ver, Fátima,
eso que tú llamas “brotes verdes”, probablemente sólo sea una capa de moho que
está apareciendo sobre nuestra economía en descomposición.
El señor Arias Cañete, para asombro de nuestros sufridos
científicos, ha demostrado en cuestión de minutos, los efectos perniciosos que,
la ingesta masiva de yogures caducados, puede causar en el cerebro humano. Mira, Miguel, puede ser verdad que la
Reforma Laboral esté dando sus frutos pero, no los que buscan los desempleados
sino, los que pretende la CEOE.
Luis de Guindos nos ha enseñado que es lector de Eduardo
Galeano y su célebre definición de Utopía: "La utopía está en
el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y
el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la
alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para
caminar." La única diferencia
es que él aplica este símil poético a la recuperación económica y la creación
de empleo: Será en el 2013, bueno no, a finales del 2013, mejor en el 2014,
quizá sea en el 2015…
Cristóbal Montoro tiene tal jaleo de cifras con los
impuestos directos, indirectos y circunstanciales que va a necesitar un
profesor de apoyo (Ah, no, que el proyecto Wert los elimina) y, la cacareada
Amnistía Fiscal, ha demostrado no ser otra cosa que un trile tremebundo en el
que los estafadores están a ambos lados de la mesa y, los estafados, somos los
espectadores a quien nos levantan la cartera mientras observamos la jugada.
¡Qué decir de Rajoy!
En ocasiones me recuerda al espectador desavisado, que sacan los Globe
Trotters al centro de la cancha y se vuelve loco tratando de saber dónde está
el balón, quién lo lleva y por dónde va a salir. Lo indignante es que él se vendía como un experimentado base
de la NBA y su millonaria ficha la pagamos todos.
¿Qué por qué los llamo el Bobierno?
2 comentarios:
En mi opinión, nuestro error es pensar que tanto despróposito no es intencionado.
Un saludo. Luis
Y asi con la tonteria y el despiste metiendo mano a derechos fundamentales y haciendo retroceder la sociedad... Nauseabundo
Saludos!
Publicar un comentario