Se llama Síndrome del Superheroe al conjunto de acciones,
llevadas a cabo por una persona, que ponen en una situación de riesgo real o
ficticio a otra, para acudir a su rescate y quedar investido de un aura épica
de altruismo y desprecio al peligro cuando se trata de ayudar a otro quien,
como consecuencia, quedará en deuda de por vida. Esta costumbre es bien conocida por los sicólogos y,
lamentablemente, no hay sólo personas de a pie afectadas por esta patología sino
que, algún que otro gobernante, hace lo mismo para con sus administrados.
En España no ha habido gobierno que se haya resistido a la
tentación de colocarse unas mallas pintureras, una máscara vistosa y una capa
volandera para acudir raudo y veloz al rescate de nuestro sistema público de
pensiones. De este modo, no hay
legislatura o mandato que no ponga en un sinvivir al sufrido colectivo
pensionista con una espada de Damocles jubilado pendiendo sobre sus cabezas
cuando, en realidad, es un asunto que debería gozar de una estabilidad a largo
plazo dado que juega con el futuro de todos los contribuyentes.
Fuera de pulsiones demagógicas la realidad es bien
distinta. Nuestro sistema de
pensiones supone algo menos de un 10 % del Producto Interior Bruto y, en los
países de nuestro entorno con los que tanto nos gusta compararnos, el gasto
oscila entre un 12 % de Inglaterra y un 15 % de Italia, quedando Francia,
Holanda, Alemania, etc. en unas cifras intermedias. Es más, en una proyección a 50 años, nuestras pensiones
ascenderían al 15 % del PIB, de lo que se deduce que el peligro de colapso del
sistema es otra falacia más de las que nos tienen acostumbrados.
Nuestro amado Bobierno achaca ese peligro al menguante
número de personas en activo que aporten su cuota de contribución al sistema,
lo que constituye en si mismo otra ofensa más a los seis millones de personas
sin empleo que están deseando hacer sus aportaciones con verdadero alborozo. ¿No sería más razonable, la aritmética
así lo dice, adelantar la edad de jubilación y elevar la demanda de empleo con
los puestos de las personas que se acojan a ese derecho? Parece que si.
Tras esta sibilina campaña, secundada contundentemente por
los voceros del régimen, no tardarán en aparecer los anuncios de magníficos y
rentabilísimos planes de pensiones privados, en manos de esas entidades
financieras que tanto hacen por nuestro bien, que metan mano en el tercer pilar
del Estado del Bienestar, completando el círculo de privatización de nuestros
derechos ciudadanos tras la Educación y la Sanidad.
Comenzamos un año, como de costumbre, cargados de buenas
intenciones y propósitos solidarios y el Bobierno también tiene planes, la
putada es que van encaminados a profundizar en el expolio ciudadano y dejarnos
aún más expuestos a sus veleidades vía Presupuestos Generales de Estado.
Os deseo un 2013 cargado de salud, felicidad personal y
lucha. No hay otro camino.
1 comentario:
Fermín, muy interesante la reflexión argumentada que nos presentas.
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