Ante todo debo rendir un agradecido reconocimiento a todos
los colectivos sanitarios que han luchado hasta la extenuación para tratar de
evitar que se perpetrara esta golfada.
Facultativos, enfermería, auxiliares, celadores, administrativos, … han
mostrado una capacidad de sacrificio, una dignidad y solidaridad más allá de lo
humanamente posible y, con el firme propósito de defender un modelo sanitario
eficiente y de calidad que es de todos los ciudadanos, han puesto en juego su
economía personal y sus puestos de trabajo. Gracias de corazón.
La actitud, sin embargo, de Presidente de la Comunidad de
Madrid, Ignacio González, chulo y altanero, al frente de un gobierno sospechoso
y un grupo parlamentario Popular sumiso y alejado de la realidad debe ser
objeto, inmediatamente, de una profunda investigación que determine cuáles son
los intereses bastardos que se ocultan tras los falsarios argumentos empleados
y qué beneficios obtendrán de esta salvajada política y social que acaban de
llevar a cabo.
Es significativo que, el pelele consejero Lasquetty, se haya
hartado de proclamar a los cuatro vientos que es una medida que conduce a un
ahorro en los presupuestos públicos y, al ser preguntado por la cifra de ahorro
que supondría, no supo dar una respuesta.
¿Por qué? No han presentado
ni un solo documento, estudio o informe que justifique la privatización de la
sanidad madrileña en base al cacareado ahorro, es más, en otro alarde de
soberbia se comprometió a estudiar una propuesta alternativa que presentasen
los profesionales sanitarios y que ahorrara 530 millones de euros (cantidad
pronunciada al azar). Los médicos
presentaron una contra oferta que ahorraba 1.200 millones y ahí, el inefable
Lasquetty, empezó a balbucear.
Lo único cierto es que hay un ramillete de empresas,
colocadas estratégicamente en la línea de salida, dispuestas a llenarse los
bolsillos con el dinero de los madrileños a costa de una patente disminución de
la calidad del servicio, rechazo sistemático a la realización de pruebas
diagnósticas de alto coste y derivación de patologías complejas e
intervenciones, que requieran el uso de medios más allá del mínimo establecido,
a los hospitales que continúen dentro del sistema público. Conocemos el importante número de
profesionales que irán a la calle para, al día siguiente, volver a ser
contratados en una situación de precariedad brutal, sin derechos laborales y
unos sueldos cercanos al salario mínimo.
La única tecnología de última generación que funcionará a pleno
rendimiento será la que utilice la máquina registradora. Cling, cling, Caja…
Nos consta que Madrid es el banco de pruebas de estas
políticas que esquilman cualquier servicio público de calidad y, que en resto
de España, se está muy pendiente de lo que aquí suceda. Pues apliquemos el refrán: Cuando las batas blancas del vecino
veas podar, protege las tuyas que te las van a quitar.
Han vendido la Sanidad y, detrás, vamos nosotros, los
ciudadanos. #MareaBlancaSiempre
1 comentario:
me temo que muchas cosas seguirán igual en 2013 o peor quien sabe. En cualquier caso hacemos un paréntesis y chin chin por el 2013, te deseo lo mejor de entre lo mejor. Un abrazo.
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