A veces mi mente enferma, envuelta en una espiral de
elucubraciones sin fin, concluye que el Bobierno fía su inoperancia manifiesta
e irresponsabilidad sin parangón a un cúmulo de datos ultrasecretos y, por
tanto, inaccesibles al resto de ciudadanos en la certeza de los vaticinios
mayas.
Aparentando dedicarse a las tareas encomendadas, de puertas
para afuera mantienen el gesto adusto, la altanería y su aparente preocupación
pero, fuera de los focos y conscientes del la proximidad del Final, se entregan
a un hedonismo químicamente puro en forma de diversión, lujo, opulentos
banquetes y orgías desenfrenadas que, por fin, darían una explicación plausible
a ese sospechoso pelo revuelto del que hace gala la vicepresidenta tras cada Consejo
de Ministros.
A ras de suelo, sin embargo, el ojo bien entrenado es capaz
de atisbar algunos indicios que, por separado, nada hacen temer pero,
combinados adecuadamente, configuran un panorama estremecedor. Veamos:
El sistemático desvío de ingentes cantidades de fondos
públicos, con la bien pergeñada excusa de la crisis, sirve para financiar a
manos llenas sus secretas bacanales; experimentando sofisticados placeres sólo
al alcance de unos pocos privilegiados.
Los banqueros hace ya tiempo que lo sabían (no se les escapa nada) y
vaciaron las cajas sin reparos.
Esas profundas ojeras que lucen en público no son fruto de la
preocupación, son secuelas de la buena/mala vida.
Los actores que prestan su rostro para, como los grandes
magos, desviar la atención de lo importante (Báñez, Wert, Mourinho, Belén
Esteban, …), perciben una generosa cuota de placeres inconfesables a cambio de
ser denostados en medio de la plaza.
Tanta indiferencia hacia la propia humillación o la unánime protesta
ciudadana no podía ser normal.
El Rey, hombre trabajador como pocos además de ser el
primero de los campechanos, ha pospuesto los ensayos del discurso de Nochebuena
hasta después de la fatídica fecha, no vaya a ser que todo el esfuerzo fuera en
vano. Menudo marrón que se quitaría
de encima.
El anuncio de Berlusconi de su regreso a la primera línea
política no es sino la fórmula empleada para recuperar una jugosa partida
presupuestaria, ya agotada, para financiar su voluminoso consumo de Viagra.
Hace años que los dirigentes chinos, siempre preocupados por
el bienestar de su pueblo, conocedores del breve futuro que teníamos por
delante, dio instrucciones precisas para que los ciudadanos aprovecharan para
salir de su tierra a ver mundo y, mediante una estructura financiera opaca pero
eficaz, pagar los gastos que su aventura exterior generase. Todo a cambio de
una discreción y un sigilo a toda prueba.
Casos similares a pequeña escala se dan con los jubilados alemanes,
británicos y escandinavos que han colonizado nuestras costas.
…
Ahora que los propios mayas han desmentido las predicciones
de sus antepasados, aduciendo una errónea interpretación de su cultura, es
cuando se van a habilitar cuantiosas partidas presupuestarias, por el
procedimiento de urgencia, para papel higiénico y la construcción de modernos y
funcionales centros penitenciarios, no vayan a tener razón y les pille sin
preparar.
Sea como fuere ¡Que les quiten lo bailao!
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