jueves, 20 de agosto de 2015

Mal día para dejar de fumar...


“Mal día para dejar de fumar”, pensaron los ultramontanos de la Iglesia Católica y sus franquiciados (de franquicia y de franquista); en un mismo día se han alineado los planetas y han salido a la luz los datos secretos de la discreta web de citas Ashley Madison, en Estados Unidos se aprueba la comercialización del “Viagra femenino” y, como guinda del pastel, el Papa Francisco publica una encíclica contra el maltrato a los animales que condena sin ningún disimulo las corridas de toros.

“Mal día para dejar los ansiolíticos”, gritaron al unísono los usuarios de la web que facilitaba contactos entre personas que pretendían tener una “aventurilla” fuera de su pareja o su voto de castidad.  39 millones dicen que son, y no parece mala cartera de clientes para un negocio alojado en el ciberespacio que, imagino, habrá reportado pingües beneficios con un asunto tan del mundo real como el del morboso desahogo del bajo vientre.  Pensando un poquito en ello y superando, a duras penas, la tentación del chiste fácil, 39 millones son mucha gente para creer que nuestra secular estructura social es la adecuada y, quizá, debamos replantearnos cómo abordar las relaciones de pareja desde una óptica más libre.  Dicho y hecho: todos los focos se han dirigido a la monstruosa demanda judicial que le va a caer a la web de marras.

“Mal día para dejar de esnifar pegamento”, mascullaban entre dientes los que niegan a la mujer la expresión de su sexualidad, los que la condenan a la sumisión complaciente al marido y sus caprichos o los que consideran el placer femenino una manifestación diabólica y, mezcla de superstición y de anulación consciente, perpetran aberraciones como la ablación del clítoris o el castigo cruel a la más mínima muestra de deseo sexual autónomo.  La popularización de la píldora supuso, en los remotos años 60, un paso muy importante en la liberación de la mujer que le permitió una integración creciente en el mercado laboral sin las interrupciones causadas cada vez que “Dios lo quisiera” y, ahora, se avanzará un paso más para que, quien lo necesite o considere oportuno, no vea frustrada una parte importante de su vida por simples cuestiones fisiológicas.

“Mal día para dejar la farlopa”, se repetían como un mantra los miembros de esa subespecie que solo encuentran diversión haciendo o viendo hacer sufrir a los animales.  Adquiere especial importancia el hecho de que un colectivo tan católico (por razones de fe o de postureo, no me importa) como el del “mundo del toro”, se haya visto zarandeado por el Consejero Delegado de Dios en la Tierra y están buscando acomodo moral a su lucrativo modo de subsistencia sin exponerse a contravenir las directrices vaticanas.  Lo encontrarán, ya se sabe que “más cornadas da el hambre”.  A los degenerados que disfrutan torturando hasta la muerte cualquier ser vivo, sin embargo, se la suda lo que diga el Código Penal, el Papa en persona o el Código de Hammurabi, sus instintos primarios solo se sacian con sangre y solo cabe ponerlos a buen recaudo (en un Zoo a ser posible) a la espera de su próxima extinción.



2 comentarios:

Unknown dijo...

"esa subespecie que solo encuentran diversión haciendo o viendo hacer sufrir a los animales"... mejor definido imposible

Unknown dijo...

Mal día sin duda..... para todos y cada uno de ellos