En la Grecia clásica, los habitantes de las polis (ciudades)
se dividían en dos tipos: Los Políticos, que eran quienes, en menor o mayor
medida, participaban en el gobierno de la ciudad y los Idiotas, en su mayoría
esclavos, que no tenían ninguna posibilidad de intervención y sólo tenían la
obligación de obedecer las órdenes de los políticos.
Deducimos, por tanto, cuál es la procedencia de esa afición
enfermiza del Partido Popular y sus dirigentes por el adoctrinamiento en la
cultura clásica aderezada, con generosidad, con las tesis más rancias del Nacional
Catolicismo que tan buenos resultados les dio en los tiempos de la dictadura
oficial.
Vivimos tiempos de dictadura oficiosa pero, el modus
operandi, ha variado sólo lo imprescindible para adaptarse a los nuevos tiempos
y la revolución tecnológica. Hace
años, la política informativa se veía reducida a la difusión obligatoria del
”Parte” por las emisoras de radio existentes, la prensa del movimiento y afines
y, la única opinión permitida, procedía de los púlpitos de las iglesias. El entretenimiento se reducía a
películas censuradas, radionovelas, concursos, fútbol y toros. Quien, aunque fuera mínimamente, se
saliese del redil, sufría secuestros, multas, cierres o cárcel.
¿Ahora? El
fantasma de la financiación cumple el papel intimidante o punitivo y, salvo
alguna honrosa excepción, la panoplia de medios, en materia informativa, se
resume en un catálogo de adocenamiento, loas al régimen y críticas descarnadas
o ninguneo descarado a los contrarios, criminalización de quien proteste y una
programación salpicada de programas basura, retransmisiones deportivas o series
de efecto adormidera en la mayoría de espectadores. Proliferan las tertulias, machete en mano, donde se miente
sin pudor a mayor gloria de la derecha dominante.
Una ciudadanía, por muy sedada que pueda estar, tiende a
despertarse en cuanto algo perturba su paz y ahí entramos en juego los insomnes
con ganas de hacer ruido, gritar fuerte o, si la ocasión lo merece,
zarandearles metafóricamente.
Estos días publica la prensa la cifra de 40.000
manifestaciones el último año, contra las medidas adoptadas por el Bobierno de
Rajoy y sus satélites autonómicos y locales. Lentamente nos vamos despertando, desperezando y saliendo a
la calle, ahítos de mentiras para hacerles ver que nos han tomado por idiotas
pero somos ciudadanos. Nada más y
nada menos.
6 millones de parados, eliminación de nuestros derechos,
desahucios a mansalva, hambre, privatizaciones en Educación y Sanidad,
liquidación de ayudas a la Dependencia, tasas judiciales abusivas, reducción de
salarios, desprecio a los trabajadores públicos de toda índole, despidos a
mansalva, represión violenta, conductas sonrojantes, expolio de los recursos
del Estado puestos en manos privadas, rescate bancario a nuestra costa,
impunidad fiscal y dirigente y millones de dramas personales nos tienen en
estado de incandescencia social y, cuando el volcán entre en erupción, será
imparable.
No estoy seguro de, hasta que punto, somos Políticos lo que
tengo claro es quienes son los Idiotas…
1 comentario:
Con otro estilo pero María en su Blog ha escrito lo mismo que tú te dejo el enlace http://hablacontusamigos.blogspot.com.es/ lo mismo lo conoces, pero es curioso.
No Fermín, los idiotas somos nosotros, que adormecidos nos dejamos llevar, es hora de desperezarse y hacer oír nuestra voz. Saludos.
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