La jugada ha debido ser, más o menos, así: Como, al final, también le vamos a
meter la mano en el bolsillo a los pensionistas; sacamos al Secretario General
de la OCDE, que es un talibán de tres pares de cojones, le ponemos un micrófono
para que se suelte la melena y escupa todas las burradas que se le ocurran
sobre el despido libre y demás recetas ultraliberales y después, cuando estos
pringados se echen las manos a la cabeza, les decimos que no, que lo único que
podemos hacer es revalorizar simbólicamente las pensiones y se quedan más
relajados que un director general después de un masaje con final feliz. La famosa estrategia FAES del “Bobo
Sonda”.
Después de forzar una bajada artificial de los combustibles
para que les cuadre la cifra del
IPC que, con fruslerías como el IVAZO, se les había desmadrado. Después de vendernos a bombo y
platillo, como si fuera la panacea, la llegada de la monstruosidad de dinero
destinado al rescate bancario.
Después de la afloración, día sí, día también, de sonrojantes casos de
desvío de dinero público a manos corruptas por los que, los poquitos que han
pisado cárcel, son indultados.
Después de convertir ministerios, consejerías autonómicas o alcaldías en
una suerte de Comisión Liquidadora que servicios públicos esenciales, … Han
resultado ser los opulentos pensionistas los causantes de todos nuestros males.
Ha llegado un momento en el que, cuando Rajoy da los buenos
días, los ciudadanos que aún tienen reloj, miran la hora con desconfianza
porque lo más probable es que sea por la tarde. Miente hasta cuando hace una quiniela.
No sólo ha mentido (one more time, please) al afirmar
solemnemente que no tocaría las pensiones, sino que éstas llevan sufriendo
menoscabo con el desfase del IPC real y el ficticio que nos cuentan; sufren
porque, con 6 millones de parados y más de la mitad de los menores de 30 años,
son los pensionistas quienes están dando de comer, literalmente, a sus hijos y
nietos; les sangran con los diferentes copagos, sobre todo el farmacéutico, y
es un colectivo especialmente sensible, ley de vida, por su mayor consumo de
medicamentos. Cuando vas mirando
el céntimo para estirar al máximo la exigua paga, un tajo medido en decenas de
euros supone condenar a personas a la indigencia.
Hace poco me decía un amigo, sabio por viejo y por diablo a
partes iguales, que en España sólo habría una revolución el día que nuestros
mayores se levantaran en armas…
Nos veremos en las barricadas, compañeros.
2 comentarios:
Muy cierto Fermín. Hace unos dias, me enteré que tras años de listas de espera interminables para ingresar a un familiar en una residencia de la Comunidad de Madrid, ahora hay plazas libres. ¿La razón? Que mucha gente ha sacado a sus mayores, por que la pensión del abuelo/a, es el único ingreso con el que cuenta toda la familia. Veremos a ver, si esta nueva vuelta de tuerca, no desemboca en una revolución...
Saludos!
Fermín esta medida puede traer un antes y un después, es otra mentira más de este gobierno al que los ciudadanos les importamos una mi...., engaño tras engaño, esa es la identidad del PP y de su gobierno. Saludos.
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