domingo, 5 de febrero de 2012

JESÚS GIL REDIVIVO



¡Qué orgulloso se sentiría Jesús Gil!  Después de tantos años de pleitos, denuncias, litigios varios y condenas en cascada, el malhadado alcalde marbellí, promotor urbanístico, terrateniente y, en sus ratos libres, presidente colchonero; ha encontrado por fin un digno sucesor:  El Ministro de Relaciones con la Naturaleza, Miguel Arias Cañete.

Vamos recibiendo información de sus planes presentes y futuros y, a más datos que tengo, más demudado quedo:

Legalización en dos fases de 100.000 ¡Cien Mil! Construcciones ilegales en nuestras costas que abarcan desde los infames chiringuitos playeros hasta los Algarrobicos de turno, pasando por chaletes con piscina de directores de periódico con espíritu lobbysta.  Hay ya algún que otro espabilado que, harto de darse madrugones agosteros para pillar buen sitio, ha bajado a la playa, sombrilla en ristre cual pendón, lo ha clavado en la arena y ha “Tomado posesión de ese terruño ignoto, en nombre de la Corona Española” reclamando un diezmo de la misma en propiedad.  Y si cuela, cuela.

Además de en la Ley de Costas, también pretende hollar su zarpa en una redistribución ad hoc de los recursos hídricos peninsulares.  A modo de garantía ha insistido, una y cien veces, en el preceptivo acuerdo de todas las comunidades afectadas y ha resaltado, TODAS.  En otros tiempos, a diferentes comunidades, diferente color de gobierno; ahora no.  Todas las comunidades afectadas son del mismo color o, como mínimo, tendencia. ¿Dónde está el problema?  Repartimos el pastel como en un cumpleaños de colegio.

Volveremos a encontrar como; en la provincia de Murcia, donde hay ranas con dos años que aún no saben nadar; empiezan a surgir campos de golf como setas en otoño, rodeado de lujosas urbanizaciones en, esta vez sí, primera línea de playa, para disfrute y regocijo de quien lo pueda pagar.  Ojo con los presidentes de entidades financieras que, con 600.000 € al año, va a andar justitos, justitos.

Ahora que se van a comercializar los viajes al espacio, contemplar desde la Estación Espacial Internacional el sureste de la península, será un espectáculo sin parangón en el mundo:  Junto al mar de plástico de los invernaderos de Almería, aparecerá otro espacio de parecidas dimensiones, de un intenso verde césped. 

Va a ser bonito de ver, va a terminar con los escasos lugares con botánica autóctona que quedan pero van a quedar unas postales preciosas…


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