viernes, 3 de febrero de 2012

MISERABLE: PERVERSO, ABYECTO, CANALLA


Hoy no me apetece hacer reír.

¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?

Con esta muestra de humana solidaridad, vocación de servicio público, empatía y evidente preparación ética, moral, legal y profesional para el cargo que desempeña, la Viceconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Patricia Flores se despachó en un acto público manifestando que la tarta pública hay que comerla poco a poco, si no, corremos y el peligro de empacharnos y, ya se sabe, un empacho continuado puede devenir en estreñimiento mental crónico y, de ahí a ser miembro del gobierno de Esperanza Aguirre, va un paso.

Podemos bucear en las alternativas que la “imaginativa” industria nazi contemplaba para estos colectivos de rango inferior que, usando recursos aprovechables por otros, desmerecían los ímprobos esfuerzos de los verdaderos ejemplares de la raza por mejorar la especie.  Habrá que estar pendiente a hipotéticos futuros convenios de la Comunidad con Gas Natural, ventajosos para ambas partes.  No vaya a ser que…

¿Viceconsejera de Asistencia Sanitaria, dices?  A ella hay que atribuir entonces la responsabilidad (sólo superada por Fdez Lasquetty y la propia Aguirre) de que en Madrid se haya producido la versión gaviota de lo de los panes y los peces, pero al revés.  Tenemos 8 nuevos, espléndidos, resplandecientes y modernísimos hospitales y hay menos camas disponibles.  ¿Cómo?  Como lo oyes.

Hay que atribuirle también la responsabilidad de tener a los profesionales sanitarios públicos amedrentados y encabronados al 50 % al hacerles trabajar más horas por menor sueldo y con unos recursos menguantes, cuando no de segunda división; mientras ven como, los gestionados por empresas privadas, disfrutan de lo último de lo último pagado con generosas porciones de esa tarta a la que la señora Flores hace mención (tienen hasta la máquina que hace “ping”). 

Propongo, sugiero, recomiendo, estimo necesario realizar una evaluación sicológica a estos dirigentes y, tan crecidos como están, no descarto que alguno sufra una sicosis crónica que le haga engrosar la denostada nómina de “ciudadanos desecho de tienta” (el entrecomillado anterior en un sarcasmo, que luego ya se sabe) y aplicarse su propia medicina.

…Y ya que se ponen, que hagan también un examen de consumo se sicotrópicos.  Nadie está libre.

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